Sofía Civit: por qué está cambiando la industria del vino

“El tapón es un insumo clave para proteger el vino, ya que cuida ese trabajo previo que se realizó en el viñedo y en la bodega. El vino es una bebida muy sensible y el tapón es el eslabón final que corona el gran y lento trabajo que implica hacer un producto de este tipo. Una vez embotellado, el vino respira y continúa evolucionando. Por ende, tener un cierre que preserve sus aromas y sabores y garantice una evolución homogénea es fundamental”, cuenta esta mujer apasionada y multifacética.

Sofía lidera la comunicación y marketing en los distintos mercados de Sudamérica de Vinventions, que tiene presencia en Argentina, Chile y Uruguay y comercializa en Perú y Bolivia. Ella cuida que tanto las bodegas como los consumidores entiendan la importancia de elegir un cierre con excelente performance y características sustentables. A su vez, Vinventions a nivel global tiene cuatro marcas: tres de sistemas de cierre (Nomacorc, SÜBR y Vintop) y una marca de dispositivos de medición enológica (Wine Quality Solutions).

“Nomacorc garantiza una absoluta neutralidad sensorial y una evolución homogénea para todas las botellas. Es decir, son tapones técnicos que no le confieren aromas y sabores al vino, sino que le permiten expresar de manera auténtica su perfil sensorial. Además, tenemos un valor diferencial que es la sustentabilidad, ya que en su mayoría utilizamos biopolímeros de origen vegetal, que tienen mínima o cero huella de carbono y son reciclables”.

Parece mentira, pero resulta que no sólo el corcho es un eslabón fundamental en el vino, sino también una variable contaminante que recién ahora se está empezando a observar mucho más de cerca. Los cuatro tipos de sistema de cierre más usados son: corcho natural de una pieza, corcho microaglomerado con pegamento de poliuretano, tapón sintético, tapa a rosca de aluminio.

Pensemos que la mayoría de los corchos están hechos de algún derivado del petróleo, sea plástico o silicona. Claro que no porque un tapón tenga plástico debe ser automáticamente descartado, ya que algunos de ellos están hechos a base de combustibles fósiles o fuentes orgánicas. En este sentido, lo que se está buscando con los corchos naturales como los de Vinventions, hechos a partir de bio-polímeros provenientes de la caña de azúcar, es poder darle otros usos, mientras que la mayoría de los cierres se utilizan una vez y se tiran.

Pero, ¿qué tan importante es el material del que está fabricado el tapón? “El material del que está fabricado el tapón es importante en tanto garantice neutralidad sensorial. Esto quiere decir que un material óptimo será aquel que no confiere aromas y sabores que no son propios del vino. Es decir, un cierre que permita que el vino despliegue su estructura aromática sin influir en ella”, dice. “Por otro lado, la materialidad del cierre tiene íntima relación con de qué origen es: si es renovable, si su obtención requiere mucha energía o agua y, luego, el post consumo, si permite que se recicle o no”.

Más allá de la necesidad de repensar los materiales con los que se producen los cierres de las botellas que estamos tan acostumbrados a destapar sin pensar siquiera a dónde va este corcho o tapón luego, lo que también tienen que cambiar son las prácticas y estrategias. Por ejemplo, empezar a conectar a los restaurantes, bodegas y vinotecas, donde hay gran descarte de corchos y cierres plásticos, con centros o programas de reciclaje, o inclusive, promover sus propios programas de reutilziación y separación.

“Para garantizar el futuro de nuestro planeta y nuestras comunidades, el único modelo de desarrollo viable de ahora en adelante tiene que tener como pilar la sustentabilidad. Por eso confiamos en que cada vez más consumidores y bodegas van a apostar a productos que tienen cero huella de carbono y son reciclables. Además, Nomacorc Green Line es una manera que tienen las bodegas de comunicarles a sus clientes que toman decisiones sustentables respecto de un insumo clave como es el tapón”, cierra Sofi.