"Noche de Cúpulas": 5 cúpulas imperdibles en Buenos Aires 

Y sigue reflexionando: "Como corredora inmobiliaria, me paso la vida mirando edificios. Pero lo que me conmueve no es solo lo que está en venta. Es lo que permanece. Y en las cúpulas encuentro una forma de permanencia bella y altiva. Son la punta del iceberg de una arquitectura que quiso ir más allá. Son las joyas de un lenguaje visual que define esta ciudad tanto como sus colectivos o sus plazas”. 

¿Qué nos dicen las cúpulas?, se pregunta. “Que hubo una época en la que cada edificio tenía una personalidad propia. Que el remate importaba tanto como la base. Que no bastaba con construir alto: había que construir con gracia. Y eso, aunque no se mida en metros cuadrados, se siente. Aporta valor. No solo valor de tasación, sino valor urbano, valor emocional, valor simbólico”. 

Palacio Barolo; Av. de Mayo 1370. Una cúpula con faro y relato. Inspirada en Dante, ilumina de noche y conecta con Montevideo. Desde arriba, la ciudad parece escrita en verso. 

Confitería del Molino; Callao y Rivadavia. Volvió a abrir como quien despierta de un sueño largo. Su cúpula dorada vuelve a marcar el cruce con el Congreso. Belleza restaurada que emociona. 

Edificio Otto Wulff; Perú y Belgrano. Mitos, atlantes, una cúpula como castillo. En pleno Monserrat, parece sacado de una ópera. Lo gótico se mezcla con lo porteño. Exceso bien entendido. 

Hotel Tango de Mayo; Av. de Mayo 1396. Cúpula art déco, reciclada con altura. Se puede visitar, tomar un trago, mirar otras cúpulas vecinas. Me gusta porque da sensación de estar dentro del decorado. 

Cúpula del Edificio Bencich; Diagonal Norte y Florida. Esta esquina no sería lo mismo sin esa punta elegante que le guiña al cielo. En pleno Microcentro, si una propiedad tiene vista a esta cúpula, ya suma puntos.