"Las compañías han comenzado a descubrir que, para lograr nuestro completo compromiso emocional, no deben abrumarnos con logotipos, sino bombear fragancias en nuestras narices y música en nuestros oídos", dice Martin Lindstrom, autor danés y uno de los mayores expertos en Marketing, en su libro Buyology.

Ahora bien, ¿qué es el neuromarketing y cómo se experimenta una marca con los 5 sentidos?

El neuromarketing es una disciplina joven que intenta desentrañar el proceso de compra de un consumidor: aquel que empieza por la carencia, sigue por el deseo y culmina con la emoción y el sentimiento que conduce a la acción.

Este nuevo campo emplea lo que se conoce como escaneo cerebral, lo cual ha aportado herramientas para explorar un terreno poco conocido: el subconsciente del consumidor. ¿El objetivo? Predecir la conducta de un comprador.

Si bien el neuromarketing, al ser una ciencia emergente, no puede determinar todavía por qué un consumidor compra lo que compra, hoy nos brinda técnicas para trazar estrategias creativas para conectar con ellos y aumentar las posibilidades de conversión.

Se centra en el sentido de la vista y los estímulos visuales: los colores, las formas y los tamaños. El cerebro humano es capaz de recordar el 80% de lo que ve: así de importante es que pienses una estrategia visual para tu marca.

Por ejemplo, el eye tracking (seguimiento ocular) es una técnica del neuromarketing para estudiar el comportamiento visual: dónde centra su atención el cliente.

Son los evocadores de sentimientos por excelencia porque se relacionan directamente con las emociones: un color puede generarte calma o ponerte en alerta. El naranja o el rojo, por ejemplo, son los colores para el Call to Action (llamado a la acción).

¿Qué pasa con los precios y cuál es la estrategia visual? 1.99 es más barato que 2 frente a los ojos de un consumidor.

¿Qué es lo que más retiene un consumidor? Por ejemplo, las palabras promoción y descuento tienen un impacto visual mayor a cualquier otra tipo de palabra.

El neuromarketing kinestésico se basa en los estímulos sensoriales: olfato, gusto y tacto. Por lo tanto, las texturas, aromas y sabores serán las experiencias sensoriales para tus clientes.

En base a esto, una estrategia de marca evaluará cómo estimular el universo sensorial de un consumidor. Apelar a la memoria y fomentar la recordación y fidelización de la marca.

Por ejemplo, el mismo aroma en cada local, en todas tus prendas o incluso en el packaging; esto apelará a la memoria y hará que tus clientes re-conozcan tu marca por el olfato.

Aunque no vendas productos comestibles, podés incluir un chocolate o caramelos en el packaging. En la última edición de #WomenEnVivo por @ohlalamakers, @vickyblazevick, Brand & Communications Manager en @tiendanube, habló de la importancia de cuidar la experiencia de los clientes, la cual no termina con la compra de un producto.

Los consumidores necesitan tocar los productos para conocerlos: esto aumenta la confianza en la marca:

El oído es un sentido muy fácil de estimular y estrechamente conectado con nuestro inconsciente.

El objetivo es que tu marca se quede grabada en tus clientes en forma de sonido:

El video tiene el mayor impacto: hoy los videos son la forma más poderosa de llamar la atención de tus clientes. YouTube es un claro ejemplo de esto. Pero una imagen bien hecha puede vender más que un contenido audiovisual. Todo depende.

Entendimos que para derribar las defensas del consumidor y apelar a las emociones de los clientes tenemos que contar una historia: llevar la comunicación de la marca al nivel del relato. Por eso, contá una historia, sea cual sea el soporte que elijas o la estrategia neurosensorial que apliques, contá siempre una historia.

Acá te dejamos dos herramientas para saber cómo actúan tus clientes:

Google analytics

Te da muchísima información acerca del comportamiento de tu público:

Smartlook

"No olvidemos que las pequeñas emociones son los capitanes de nuestras vidas y las obedecemos sin siquiera darnos cuenta.", dijo una vez Vincent Van Gogh. Como emprendedores, nuestra estrategia de marketing tiene que estar orientada hacia el proceso de compra como experiencia neurosensorial. Ir más allá del lago, porque la clave está -y siempre estuvo- en esos pequeños detalles: fragancias para nuestras narices o música para los oídos.