Copenhagen Fashion Week: 10 looks de streetstyle con las mejores tendencias

Los tonos amarillos intensos y celestes suaves se combinan para crear looks llenos de energía y frescura, perfectos para la primavera-verano. Esta paleta alegre inunda pantalones, blusas y accesorios.

La silueta holgada y caída de los pantalones babucha sigue vigente, ofreciendo movimiento y comodidad sin perder sofisticación en sus versiones renovadas.

Los diseños de botamangas adquieren formas y volúmenes inesperados, convirtiéndose en el foco de atención y agregando un aire contemporáneo a las camisas, blusas y pantalones. 

El encaje se utiliza en capas y superposiciones sobre otras piezas, jugando con transparencias y texturas para un look sofisticado pero relajado.

Las calles danesas lo confirman: el mocha mousse sigue siendo tendencia. Inspiradas en la textura cremosa y delicada del mousse de chocolate mocha, estas prendas combinan suavidad y sofisticación. Los tejidos en tonos cálidos y neutros aportan un look acogedor y versátil, ideal para sumar un toque de elegancia casual y táctil a cualquier outfit.

Las hombreras vuelven con fuerza, ya sea en sastrería oversize o en prendas deportivas, reforzando la figura y aportando una impronta de poder y confianza.

La fusión entre ropa deportiva y prendas clásicas de sastrería continúa siendo protagonista, con looks que combinan funcionalidad y sofisticación en una sola apuesta.

Blazers, pantalones y conjuntos enteros en tamaño XL redefinen la elegancia con cortes sueltos que mezclan comodidad y estilo urbano.

Los shorts con silueta balloon agregan un aire juguetón y voluminoso, contrastando con tops más ajustados y aportando dinamismo a los outfits de verano.

Lo que distingue a Copenhague, explica Boland, no es la marca sino “el gesto”. "Hay algo profundamente identitario en los looks que circulan por sus calles. No es sólo una cuestión estética, sino una forma de plantarse en el mundo. Es moda sin miedo al ridículo, sin temor al desorden, con humor, con política, con intuición. Y, sobre todo, con libertad."

Ella también destaca el contraste con otras capitales de moda:

"Porque si París es sofisticación, Milán es tradición y Nueva York es velocidad y pragmatismo, Copenhague es frescura, comunidad e instinto. Es un lugar donde la moda no se impone, se comparte."