Vestirse con calor extremo: cómo elegir telas, cortes y colores que realmente funcionan

Sofía es clara con el punto de partida: “La regla de oro del calor extremo es simple: telas respirables.”

En esa línea, explica que el lino es “el clásico del verano. Liviano, fresco, se seca rápido y deja que la piel respire. Si te preocupan las arrugas, buscá mezclas con viscosa, que mantienen el efecto natural pero con un poco más de suavidad.” El algodón liviano, dice, es “perfecto para quienes aman lo clásico y cómodo. Absorbe, ventila y no falla.” También recomienda la viscosa, que “tienen caída, se mueven bien con el cuerpo y te mantienen fresca.”

Y para quienes pasan mucho tiempo al sol, suma una alternativa funcional: “Tejidos dry y UV: si vivís al sol o estás mucho al aire libre, suman tecnología que regula temperatura y protege la piel.”

Sofía enfatiza que en días extremos “el cuerpo necesita aire.” Y eso se logra con siluetas que acompañen el movimiento. Por eso recomienda el oversized ligero: “camisas amplias, vestidos rectos o túnicas. No suman volumen, suman frescura.” Los cortes midi o mini ventilados, con “faldas o vestidos con aberturas discretas,” permiten que el aire circule. En la parte superior, sugiere “musculosas, halter o tejidos muy finos que no aprieten.”

Y para la parte inferior, vuelve a priorizar la comodidad: “Pantalones anchos: desde palazzos hasta wide leg en telas naturales. Nada de prendas rígidas o demasiado ajustadas.”

La selección cromática también puede mejorar la sensación térmica. Sofía recomienda la gama clara: blancos, maíz, arena, rosa viejo, celestes suaves. Reflejan luz y mantienen la piel más fresca. Dentro de los tierra, funcionan los suaves: manteca, terracotas muy suaves o nude.

Y, para quienes aman el negro, reconoce la realidad: “si amás el negro (nos pasa a muchas), reservá esa prenda para la noche o combinala con telas ultra livianas.”

Finalmente, Sofía recuerda que los complementos también influyen en cómo transitamos el calor: “las carteras pequeñas, las sandalias cómodas, los accesorios mínimos y el pelo recogido también forman parte del look.”

El estilo en verano no es algo que se pierde: se adapta. Y cuando entendemos cómo funcionan las telas, los cortes y los colores, vestirse en días de calor extremo se vuelve mucho más simple… y mucho más lindo.