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A las escondidas




Hace varios días que no encuentro mis 2 horas.
No sé si las habré dejado debajo de la cama...
(espacio al que mal no le vendría una buena barrida)
O en el fondo del Everest de prendas, entre mis medias.
Dos horas.
¿Dónde están esas 2 horas mías, absolutamente mías?
Me había resignado a tener sólo 2 horitas, apenas 2 horitas en una semana.
Hagan las cuentas.
Veinticuatro por cinco.
(El fin de semana tiene otra lógica).
Y parece que al tiempo le das la mano y te toma el codo.
O a las urgencias.
...
Como no venía encontrándolas
Como no venía encontrándome
decidí hoy escribir este post en honor de ellas.
Acaso escribir un texto-recreo, un texto que no me genere obligaciones.
Sólo licencias.
Me freno.
Podría contarles de los malabares maternales que vengo teniendo, pero imagino que son tan similares a sus malabares que -por un día- mejor olvidémoslos.
Hoy les propuse a mis hijas:
(Chica que las cuida faltó por cuarta vez en 15 días. Ahí se entiende por qué no encuentro 2 horas en 5 días).
Hoy les propuse a mis hijas para que no peleen...
Para yo poder trabajar a la par de ellas... Al lado de ellas...
Con ellas a mi lado, a mi costado, pegaditas, encima... arriba de mi cabeza.
Les dije: "juguemos un juego".
La consigna es: "somos amigas y jugamos tranquilas".
"Ojo que si no cumplen con la consigna no hay premio."
Cumplieron.
De momento debo decir que vienen ganando.
Pero todavía estamos jugando...
Yo con ellas.
Y ahora con ustedes.
Ah, sí, para qué, ¿por qué la anécdota?
Hagamos un juego.
Hagamos como si todo fuera fácil.
O hagámoslo fácil.
Respiremos lento.
U orgánicamente.
Eso hago.
Eso estoy haciendo.
Mis 2 horas están colándose. Siento que puedo olerlas si escribo así el texto.
Me espera un tarro con leche caliente... Ya vuelvo.
Y aquí ya de vuelta revuelvo la leche, dejo que el polvo la tiña de manera uniforme... Bebo.
Había planificado salir al parque.
Pero llueve.
¿Habrá empezado la primavera?
¿Mis 2 horas se habrán perdido con ella?
Salgo al balcón.
Con la leche tibia entre mis palmas.
Veo las grietas de la taza...
Tiempo.
Afuera la gran maquinaria pareciera jamás detenerse.
Tampoco adentro.
Boing, boing... inhalo, exhalo...
Acaso entre una y otra máquina me hallo.
O ahí quiero estar, ahí estoy
Con los ojos abiertos o cerrados.
Siendo testigo de la danza, del movimiento.
Sin moverme.
¿Que estoy hablando raro?
Mis 2 horas tienen que permitirme escribir de otra manera.
Puedo escribir 3 más 6 es 20...
Podría incluso no escribir nada.
O escribir Nada.
Y decirlo Todo.
Nada.
Todo.
¿Deberé pedirle permiso a algún jefe?
De momento no lo hay; olvidemos los jefes.
En estas 2 horas o en este texto-recreo nadie puede ordenarnos.
Sólo vale como le dije a mis hijas:
"Ser amigas y jugar tranquilas".
Sólo eso...
Inhalo, exhalo... me pierdo.
¿No estaba ya perdida?
Quizás pudimos encontrarnos.
Quizás estemos encontrando.
Algo.
Un poco.
Una media hora.
Unos 33 minutos.
Unos segundos apenas.
De esas 2 horas.
Díscolas.
Traviesas.
Mías.
(Nuestras).
¿Qué piensan? ¿O qué sienten?
Somos amigas y jugamos tranquilas

Somos amigas y jugamos tranquilas

PD: Muy buen miércoles. Como siempre, para contactarse por privado o por taller (arranca grupo en octubre), me encuentran en inessainz@msn.com o en FB

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