
En estos días de cierre tuve un hallazgo. Se coló algo nuevo. Un espacio. Una plaza. Algo tan común y tan corriente como un espacio con pasto, caminitos y árboles varios... cerca de mi casa, dato importante y casi sin gente, sin estar desolada.
Alguna vez Irene, actriz, me la había recomendado, oh, sí. Recuerdo las vueltas del Teatro 25 de Mayo con ella al volante, dejándome a cuadras de mi café y casi siempre preguntando (y aconsejando): "¿No conocés tal placita? Yo suelo ir a leer, es linda, andá con tus hijas".
Y ahí quedaba todo, con las miles de urgencias cotidianas, de asuntos "con importancia", qué me iba a detener en investigar ese dato. Pero hete aquí que un día, de tarde, estábamos con Elena boyando por el barrio, no queriendo guardarnos adentro ni tampoco caer en el parque más concurrido... y estábamos dele caminar, por aquí, por allá... y en eso, "¿Vos conocés tal placita? Acá a un par de cuadras". Oh. Allí fue que la descubrimos.
Bueno, en ese primer momento me gustó mucho pero jamás creí que ese rectángulo me terminaría dando tan buenos recreos. Tan buenos regalos. Un árbol (muchos, pero uno en particular para que hijas se trepen, para yo enseñarles a hacerlo, para yo treparme con ellas, y ya verán el video). Un libro, oh, sí, un libro perdido, de "El club de los libros perdidos" ( Arráncame la vida , de Ángeles Mastretta; ¿ya tienen algún libro para el verano?), pasto con sombra y soleado, mosquitos, encuentros con conocidos y no tanto... y ante todo, silencio, calma, respiro. Un respiro.
¡Y yo creyendo que un respiro era algo para dejar al margen! Y sí, nos equivocamos.
"Que lo nuevo arrase con los yuyos", me decía Melanie hace un tiempo. Ahora la re-cito y también me recuerdo: no dejes de estar abierta, de permitirle a lo nuevo que prenda, que crezca, y que pueda seguir creciendo.
Otro de los frutos que dio mi hallazgo es un video. Un regalo para ustedes. Para mis lectores, lectoras, amigas, comentaristas que están siempre, o casi siempre, en silencio y/o en palabras. Ya les dije que lo/as quiero, y ahora con estas imágenes y el tema "Tenete fe", tan inspirador, de Gustavo Cordera, les dejo un mensaje-deseo-obsequio.
Para que en este 2013 nos tengamos toda la fe que nos merecemos, para que, una vez más, volvamos a apostar por todo aquello que a veces el intelecto temeroso toma por estupideces. Apostar por nuestros ritmos, por nuestras corazonadas, por lo que nos grita o susurra el cuerpo, bien desde adentro.
¡Feliz 2013!
¡Espero lo disfruten!
¿Cuál es su DESEO para ustedes y el resto para este 2013? ¿En qué aspecto querrían tener-se más fe?
PD: ¿Conocen "El Club de los libros perdidos"? Para escribir por clases o por asuntos privados, inetaller@gmail.com . Y también estoy en @Ine_blog de Twitter.
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