Ahora

-¿Ya pasó la Navidad?

-No – atino a contestar.

-¿Qué? ¿Viene después de mi cumple?

-Ajá

-¿Y qué día va a ser otoño?

-No sé, China.

-Pero ¿cuánto falta para mi cumple? Es este domingo no, ¿el otro?

-Ajá

Al rato, vuelvo a escucharla:

-Ma, ¿te puedo poner crema en la espalda?

-Ahora no, esperame, Chini.

-Dale, ma

-...

-Dale, ma, ¿puedo ponerte crema en la espalda?

-...

-¿Ma?

-¿Qué?

-¿Me podés hacer dos colitas?

Ahora estoy en la ducha, bañándome en cámara lenta y aparece hija mayor y observa:

-¿Por qué te bañás así?

-...

-¿Por qué no usás tapón?

-Me estoy duchando.

-¿Y por qué todavía no te pusiste el shampoo?

-Ahora me lo pongo, mi amor.

-¿Querés que te lo abra?

-Bueno.

-¿Y por qué te bañás con el collar? (por la cadenita)

Le sonrío.

Ahora estoy fuera de mi casa, sentada a un costado del arenero del parque, en esas mesas con tablero de ajedrez, en la que juegan los "señores grandes". "Hace muchos meses que no escribía el post del viernes el mismo viernes", pienso. También me digo "qué caluroso está, gracias que hay viento". Entonces recuerdo, oh, sí, se me acaba de venir un recuerdo: antes de ser madre, mucho antes, cuando era universitaria digamos (universitaria quema-pestañas) y estaba en días raros, confusos, lejos de acercarme a una Iglesia, me iba a los areneros de las plazas. Y miraba los niños jugar, sólo eso. Podía quedarme 40 minutos contemplando esa escena.

Ahora me levanto y camino hacia el café, entonces aparece mi otra vocecita, no la de hija sino la de Mosca Muerta y también me recuerda: "no desprecies, mujer, no dejes de valorar y cuidar la mucha "espiritualidad" que ya sos y habitás, y no sólo porque están ellas (tus hijas), sino por toda tu muy elegida manera de vivir la vida".

Sólo agrego: ¡los quiero!

PD: Para escribirme por privado:inetaller@gmail.com, en Twitter @Ine_blog . Para participar del encuentro de fin de año: yomeanimoajuntarme@gmail.com