"Y las gracias son infalibles", me dice la mosca muerta... con el dedito y suficiencia.
Y sí, hete aquí que ayer en un momento en el que debí frenar el trabajo para salir a comprar con urgencia un ítem femenino al comercio más cercano, recordé palabras de marido: "hay un pantalón de jean en liquidación, a $ 199, en tal local/esquina, andá y miralo".
Pensé: "ya tenés los $ 200 en tu bolso. Necesitás un pantalón nuevo. El puesto, el último que te compraste hará un año, era negro y hoy parece nevado. Pero eso no tendría nada de malo. Lo que definitivamente no es muy cómodo es que estés revisándote el cierre de la bragueta porque tiende a bajarse... y que... sí, decilo: tiene 2 agujeros (recientes, que conste) en la zona de la entrepierna, y tampoco es muy relajado que digamos estar cuidándote para que esos agujeros no queden en evidencia… no por vos, sino por respeto a la incomodidad de terceros".
Entonces fui. Perdí el tiempo.
Llegué. Pregunté por el pantalón en liquidación de la vidriera, "abajo, bajá las escaleras". Bajé. Me acerqué al perchero de los jeans. Me gustó uno, me lo separé. Entonces llegó la empleada... Me atendió. Me trajo el jean (chupín) que Fede me había mencionado. Me lo probé. "No está mal". Y en eso volví al perchero, "¿y éste?" Señalando a aquel que me había gustado de entrada.
Me lo probé. Me gustó más que el ajustado. Gran dilema gran. "Si supieran las lectoras del blog que en este momento estoy con esta duda existencial, que si ajustado al cuerpo, o suelto, como a mí me gusta... ¿como a mí me gusta? ¿Y por qué dudás? Porque seguro que a Fede le gusta más..." "¡¿Cómo, cómo?! Vos, Inés", me tiró mi vocecita mosca muerta, "vos justamente pensando (sí, lo pensaste) en función del gusto de un macho". Se puso firme la vocecita: "elegí el que vos querés, nena".
"Gracias", le respondí a la mosca muerta, ahora sonrojada (y sonrojada yo también).
-Llevo éste, pues -le comuniqué a la empleada.
-Pero podés llevar los 2. El segundo es de regalo, es una promo hasta el domingo –me dijo ella.
-¿Y cuánto más debería pagar?
-Nada.
-¿Los 2 jeans por $199…? Oh. Bien, bueno, si así es, también gracias.
Y ahí mismo me quité mi trapo de jean y me puse el holgado (ya les dije, estaba en un día femenino, necesitaba comodidad y soltura), pagué y bolsa en mano (con el trapo y el ajustado)... y me sentí...
-¿Feliz?
-Naaah –me corrige la vocecita reivindicada- ¿Feliz por una prenda?
-Tenés razón, vocecita, además también estoy harta de la palabra "feliz" que están tan usada... ¿Contenta?
-Sí, contenta.
Okey, así me sentí. Contenta.
¿Cuál es el objeto o prenda que necesitarías o te gustaría comprarte o que te regalen? ¿Cuál fue el último objeto o prenda cuya adquisición te dio una alegría momentánea?
PD: Y aprovecho para recordarles que si tienen ropa de adultos y/o niños que para donar, recomiendo llamar a Florencia Vázquez, de Sacás, Llamás, Donás . Ella pasa a buscarla por tu casa.
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