
Sí, no sé nada de zapatos y me ne frega si soy sexy o no a la mirada de los otros. Soy la que soy. Única y perfecta a mi manera. Con todas mis tonteras y mi pequeña misión a cuestas.
Mi marido me manda un sms diciéndome "te quiero". Así, simple, sin ninguna exclamación ni verborragia extra. Y verdad, no tengo necesidad de mucho más.
Algún día ya no estaré en esta Tierra y ojalá que mi huella contagie un cachito de paz, de alivio, de algo nutritivo. A mis hijos, nietos, bisnietos, a los que sean. ¡¿Qué más divino y sensual que saber que existo?!
No quiero perder esta conciencia de estar viva. Quiero aceptar cada momento y emoción con un poco de extrañeza. No puedo dar por sentado ninguna vivencia. Todo es nuevo, cada situación que se presenta siempre "algo" enseña.
Hoy voy a coser fiselina con la mamá de Indira y en breve empezaremos -con Dina- un libro de cuentos. Dicen que no hay que hablar de los proyectos hasta que no sean concretos, pero juro que ya no le tengo miedo a los sentimientos (ni propios ni ajenos). No hay mala onda que pueda torcer el destino de mis cosas. Por el contrario, cada día disfruto más de la buena vibra de cada persona -que lee y escribe ESTO- y en sus ganas, al igual que las mías en relación a ella, de que el otro tenga éxito.
¿Cómo viven Uds. sus proyectos? ¿Hablan de ellos? ¿Le temen a la envidia o a los celos? ¿Se han sentido Uds. mismas envidiosas en algún momento? ¿Alguna superstición que tengan? Propongo mantener fuerte esta red de energía alentadora para que nuestras ideas echen raíz y crezcan. :)
PD: ¡¿Se animan a hacer un mural con dibujos de mamás?! Dibujar, pintar y después fotografiar, ¿les va?
En esta nota: