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Aprender otra lengua




El sábado por la tarde les propuse a mis hijas ir a merendar a un café-restaurante recién inaugurado en mi barrio. En realidad, es la primera sucursal en mi barrio de una conocida "boulangerie- pâtisserie", según la casa se presenta. Panadería y pastelería (cocina francesa).
Mientras caminábamos, de aburrida nomás y quizás un pelín inspirada por el que sería nuestro destino vespertino, se me dio por hablarles en francés a mis hijas.
Nunca lo había hecho. O sí, sí, alguna vez con China, de muy chiquita. Yo andaría necesitando desempolvar ese idioma, pero el gesto duró poco porque alguien me advirtió que no lo hiciera (que no era recomendable, según no sé qué pediatra o especialista).
Lo cierto es que cuando el sábado me puse a jorobarlas con "est-ce que vous voulez parler en français? Oui?", mis hijas me miraron como si hubiese interpretado a una monstrua. "No es mamá la que habla". Y sí, cuando uno habla otra lengua, no sólo usa otras palabras, sino también otros sonidos; suena otra "banda sonora".
-Mamá, basta.
No seguí hablándoles más. Lo que sí, cuando nos sentamos a la mesa, le propuse a China:
-Este año empezás 1er grado. ¿Tenés ganas de empezar a aprender otro idioma?
Algo ya habíamos conversado hace un tiempo, acerca de aprender inglés, pero en ese momento se me ocurrió abrir el abanico. ¿Necesariamente el inglés debe ser la primera opción de lengua extranjera?
-Sí, pero no ése –me respondió mi hija, como si supiera lo que había pensado-. Quiero aprender inglés.
-Bueno.
(Sería una estupidez de mi parte no darle esa herramienta a mi hija, teniendo la chance).
Entonces se me ocurrió empezar a enseñarle las preguntas iniciales, de presentación ("¿Cómo te llamás?", "Me llamo Fulana"), pero China no quería saber nada. La menor directamente se levantó de la silla y se puso a payasear con la mesa vecina (siempre lo hace, por deporte).
Opté por callarme la boca y hojear una revista... Y en eso China se cruzó por debajo y se me sentó sobre una pierna.
-A ver, ma, ¿cómo se dice esto en inglés? -recién entonces, cuando ella quiso (cuando ella lo pidió), fui enseñándole algunas palabras: Hombre, mujer, helado, mesa, sillas, 1, 2, 3, 4, 5.
Ah, y el estribillo de la canción de Frozen.
-Let it go.
-Le-ri-cou
Quedó contenta. No creo que se acuerde de nada, pero el ejercicio de articular otras palabras, otros sonidos es -en sí mismo- divertido. Para mí siempre fue divertido aprender idiomas. Me hubiera gustado gustaría poder usarlos más in situ (todavía estoy a tiempo), porque un idioma se termina de aprender cuando se lo usa, cuando se lo necesita en la vida diaria. Aun así, si rebobinara la película de mi vida al día de la fecha, repetiría las mismas elecciones "lingüísticas". Ojo, despotriqué bastante contra el inglés porque era parte del combo impuesto, de las obligaciones del colegio.
No es lo mismo tener que estudiarlo que elegir estudiarlo (como me pasó con el francés y con el italiano).
Por eso me interesa que, en la medida de lo posible, a China le entusiasme la idea. En principio no me veo obligándola, aunque entienda que el aprendizaje de un idioma es importante. Veremos. Tiempo al tiempo.
¿Qué piensan? ¿Estudiaron algún idioma (fuera del castellano)? ¿Qué les importa que sus hijos aprendan?
PD: El viernes no encontré foto al final. Revolví las 4 cajas de fotos que tengo.
PD2: Como siempre, para contactarse por privado o por taller, me pueden escribir en FB: Inés Sainz ¡Buen arranque de semana!

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