Armó un club de lectura para chicos y ya tiene más de 5000 suscriptores mensuales

“Quería conectar a mis hijos con la lectura, incentivarlos, despertar un interés genuino”, relata Celina, que en ese entonces vivía en Brasil. “Necesitaba alguien que me seleccionara rápido qué era lo más adecuado para ellos. Descubrí un club de lectura para chicos en portugués y vi que en Argentina no había nada parecido. Así surgió Lecturita”.

El objetivo era que los chicos se conecten con los libros desde un lugar de entusiasmo. Por eso, decidió presentar los paquetes como un regalo: envueltos en un cuidadoso packaging, llevan el nombre del pequeño lector, traen una sorpresa por mes y una carta con recursos para disfrutar de la experiencia en familia. “Nos preocupamos mucho por darle un buen servicio al cliente y un producto de calidad. Queremos que se note que hay amor puesto en ese paquete, que los chicos se diviertan con los libros y que quieran recibir el próximo”, explica.

Cada paquete es personalizado. “Es un valor agregado que tiene Lecturita sobre otros clubes. No mandamos los mismos libros por edad, todos los envíos son diferentes”, señala Celina. Cada suscriptor tiene una ficha lectora. Al principio lo hacía de forma manual, pero hoy cuenta con tecnología para que los chicos y sus padres puedan ver los libros que tienen, añadir si compran uno, o cambiar el domicilio si se van de vacaciones.

Celina sabe reconocer necesidades. Su segmento más fuerte es la primera infancia, de 0 a 4 años. Tenía muy en claro el perfil de libros que quería, pero no encontraba suficientes opciones y stock. Por eso, también fundó Lecturita ediciones, con libros propios, de reconocidos autores e ilustradores nacionales.

Primero investigó el mercado local. “Cuando volví de Brasil, no había clubes infantiles acá. Yo quería ajustar la propuesta a las posibilidades, gustos y opciones del mercado nacional”, explica.

Se asesoró con distintos especialistas para la primera selección de títulos. Tanto para los libros como para los contenidos de sus publicaciones y cartas, se apoya en profesionales. “Queríamos personas con distintas visiones de la industria. Tenemos maestras jardineras, académicos, periodistas. También nos guiamos mucho por el feedback de los suscriptores”, cuenta.

Lecturita se lanzó en 2018, pero un año antes Celina trabajó la identidad de marca. Por su profesión, sabía la importancia de desarrollar una imagen atractiva. Para dar a conocer el club, trabajó con influencers y famosas. También realizó varios sorteos en Instagram. “Además de promover la lectura queremos generar un sentimiento de comunidad”, asegura.