Así fue nuestra primera clase de verano de OHLALÁ! Makers

Al llegar al aula, bajo las indicaciones de Ana, cada una de las asistentes se dibujó en una especie de emoji para mostrar cómo se sentía. Las sensaciones de nuestras alumnas eran muy diversas: algunas estaban expectantes o divertidas, otras, intrigadas y confundidas. Es que no todas terminaban de entender qué era lo que iban a hacer y qué quería decir ese concepto tan raro de "visual thinking". Algunas hasta pensaban que "no saber dibujar" era un problema para poder enfrentar la tarde. Enseguida, Ana las tranquilizó explicando que "el visual thinking es solo una manera muy cool de decir algo muy sencillo: es el arte de comunicar a través de imágenes. Es usar el lenguaje visual para una comunicación más efectiva". Y a continuación les dio algunas herramientas muy simples para dibujar personas y sensaciones que todas pudieron practicar en sus hojas de trabajo.

Una vez que las chicas se sintieron más confiadas con sus habilidades para dibujar, Ana les propuso que comenzaran a crear sus propios tableros de visión para planificar sus objetivos anuales. Un tablero de visión es una herramienta simple y potente para visualizar y alinear rápidamente tus ideas. Lo ideal es construirlo con la ayuda de cualquier elemento visual que encuentres: recortes de revistas, post-its, distintos marcadores de colores, stickers... Y dejar fuera los teléfonos celulares y las computadoras, para trabajar con foco (mirá el recuadro de al lado para hacer el tuyo).

Una vez creados los tableros, Ana animó a las chicas a que se juntaran de a dos y compartieran lo que habían creado, contándolo como si lo estuvieran viviendo en tiempo presente: "Incluyan con quién están, qué están haciendo, dónde están..., como si ya estuviera pasando", les pidió, "porque, de alguna forma, al imaginarlo tan claramente, lo están materializando. Y ese es el primer paso en la cocreación".

La última actividad consistió en pensar tres miniobjetivos o hitos necesarios para poder llegar a ese objetivo final. De esta forma, cada una identificó cuáles eran los pasos a seguir y se los contó a su compañera.

Después de tanto planificar, terminamos la clase poniendo en común algunas conclusiones, compartiendo ideas y sugerencias y celebrando la energía emprendedora que nunca descansa.

Si sos suscriptora, podés escribirnos para asistir a estas o a futuras clases a ohlalamakers@revistaohlala.com.ar .