La industria de los casamientos te atrapa lentamente...
Cuando decidimos casarnos teníamos una idea: organizar algo simple y feliz, informal y divertido, lleno de amigos y de música. Y de a poco, no se cómo, fue mutando, se fue agrandando.
Para que me entiendan bien, empiezo desde el principio...
El otro día me llamó Paula de Finca Madero, que nos había encantado, para decirnos que unos novios habían cambiado su fecha y quedaba libre el 28 de Septiembre, y la agarramos. Listo el pollo. El lugar más lindo del mundo, una fecha que pueden todos, todo bárbaro.
En fin, el miércoles a la noche nos vi preocupados por el presupuesto, recortando la lista, y viendo cómo íbamos a llegar también a hacer algo para el civil, y pensando que también nos faltaba la noche de bodas, la luna de miel, las alianzas, el vestido y varios etcéteras. Y de repente me pregunté "¿Quién es esta novia obsesionada con su mega fiesta, y su pobre novio haciendo cuentas sin parar?" Pensé que si hacíamos este casamiento iba a a ser tirado de los pelos, y que gente que queremos que venga se iba a quedar afuera... Y me pareció un divague.
Hoy tengo papeles y planillas de una super fiesta en las manos, cuentas de cómo hacer para pagarlo, y una sensación de incredulidad. ¿En qué estaba pensando? ¿Cuando me empezó a importar tanto todo esto? ¿Cuando me convertí en una Bridezilla?
Toda esta tensión, y mi reciente obsesión casamentera, está afectando mi pareja, y me distrae de lo que realmente es importante: QUE ME VOY A CASAR CON NACHO!!!
Hoy les digo que mi casamiento no va a ser un evento social, sino una celebración de lo que ya tenemos: un compromiso el uno con el otro y un proyecto de futuro en común. Y que realmente no me importa demasiado cuándo y dónde sea.
Les confieso algo: cada vez me dan más ganas de hacer algo tranqui después del civil, seguido de una buena fiesta, con pizza libre y una barra con tragos ricos, en vez de un mega casamiento con champagne y medallón de lomo.
Hoy me siento como yo, y creo que yo soy más simple que esa fiesta enorme, y que no me hace falta.
Creo, queridas, que voy con la idea de la fiesta sencilla, informal y divertidísima. Vuelvo a ser Antinovia, mis días de Bridezilla quedarán atrás para siempre.
Y si ven que me empiezo a volver loca de vuelta, me avisan en seguida.
Sofi
PD: Igual próximamente se van a tener que fumar el video de los miles de salones que fuimos a ver. Les aviso que ya lo edité así que ahora lo van a tener que ver.
PD2: ¿Porqué no me avisaron que me estaba volviendo loca, eh?
PD3: Esta decisión nos relaja, nos quita preocupaciones, y nos pone así de contentos:
En esta nota: