Café con amigas en Colombia

Llegamos a Armenia, capital de Quindío y fuimos hasta la Finca La Colina, en Calarcá, una hacienda cafetera tradicional que forma parte del Club de Calidad Haciendas del sCafé. En cuanto llegamos nos encantó por el paisaje que la rodea, exuberantemente verde; su hermosa arquitectura, y los brillantes colores.

Nuestra anfitriona fue Faride, además cocinera y guía turística durante nuestra estada, que nos llevó a conocer las plantaciones de plátanos y café, que se mezclan con unas flores increíbles llamadas helicoideas, y allí nos explicó el proceso de siembra, recolección, y también nos contó sobre la vida en esa región.

Al día siguiente fuimos hasta Salento, un pueblito antiguo que sirve como base para visitar el valle de Cocora. Salento es chiquito y simpático, bien conservado y muy turístico, está lleno de casas de artesanías y productos regionales. En la plaza principal se contratan los willis (Jeeps) para ir al valle en un viaje que dura como media hora. El Jeep nos dejó en la entrada de la ruta que se supone hay que recorrer para conocer el valle de Cocora. Desde allí se pueden hacer paseos a caballo o caminatas para apreciar el hermoso paisaje y las famosas palmas de cera que caracterizan esta zona, unas palmeras muy finas que llegan a alcanzar 60 metros y son el árbol nacional de Colombia.

Después seguimos viaje hasta los Termales San Vicente. En la zona abundan las aguas termales y son lugares muy concurridos por los locales, que acostumbran ir de noche; las termas están abiertas hasta la medianoche. Tomamos un baño de barro superdivertido y después fuimos a las piletas. Fue fabuloso estar metidas en el agua caliente, rodeadas por cerros cubiertos de vegetación, con el frío de la noche.