Confieso que la semana pasada no miré el partido. Pensé: "voy a aprovechar para avanzar en el trabajo", pero el aire estaba tan saturado de tensión (nunca sentí un silencio tan cargado) que al final terminé desconcentrándome.
Y no sólo eso, sino que cuando el juego concluyó y yo volví al mundo (al pequeño mundo versión redes sociales) no entendía un pito. Todas hacían comentarios de un tal "Pocho Lavezzi" y sitio que abría, sitio que publicaba la foto del susodicho con sus abdominales.
Ah, sí, el hombre en cuestión era, es un jugador de la Selección y además de quitarse la camiseta después del partido contra Nigeria, había tenido la "osadía", así lo comentaban, de echarle agua al director técnico.
El caso es que me sentí totalmente al margen, auto-marginada, habiendo elegido quedarme afuera de ese juego. Sin entrar en los chistes, en los códigos, en las señas.
Me sentí como cuando en la secundaria mi madre no me daba permiso para ir al boliche (a la matiné), y cuando llegaba el lunes, un muro de vivencia excitante se alzaba entre mis compañeras y quien suscribe, y nada quedaba por hacer más que dejar que pase el tiempo, "y ojalá la próxima vez yo también pueda".
En aquella época tenía el deseo de participar de aquel ritual, de ser parte... y había un impedimento concreto (la no voluntad de mi madre). Hoy por hoy mi deseo más genuino no sé si tiene que ver con mirar un partido, pero la sensación posterior se le parece. Tiene un parentesco.
¿Cuestión? En par de minutos me voy a disponer a mirar el partido contra Suiza. Todo sea por sentirme un poco más "adentro".
Hago un parate, prendo televisor y después vuelvo.
...
Y sí. No tardo mucho en entregarme. Si una se abre a lo que está jugándose, no puede permanecer indiferente. Rápidamente registro que cada vez que la pelota entra al área -ya sea propia o contraria- me tenso. Tenso el diafragma y la zona del plexo.
También me sonrío con algunas frases del relator y su acompañante:
Vamos, Argentina, no hay nada más lindo que volver a verte.
Es corner y Argentina, sí te quiero.
No todo es avanzar y dominar. Hay que frotar la lámpara.
40 millones estamos soñando con este seleccionado. Mis amigos, no se muevan.
Ya para el segundo tiempo me encuentro escribiendo: "Necesito que Argentina meta un gol para descargar este juntadero de nervios en el que me fui convirtiendo."
"No sé si el Mundial es una fiera o una diosa pagana... pero te crea una tensión que no tenías... y obviamente NECESITÁS descargarla".
Ya a los 90 minutos: POR FAVOR, QUE METAN GOL, estoy casi rogando. Ya no soy yo, soy una más haciendo fuerza por la Selección. Ya no tenso el plexo, ya sufro. BASTA.
Llego a pensar cosas como que "mirar este partido es una tortura", "esto debe estar contraindicado para enfermos cardíacos" y no sé qué otros pensamientos.
No entiendo cómo, de sentirme indiferente y no ver el anterior partido pasé a sentirme capturada, presa como estoy, de esta circunstancia.
Cuando llega el tiempo suplementario, directamente abandono. Un rato. Me voy a la cocina, me caliento una tercera sopa. Y luego me distraigo con un jean, cortándolo. Todo sea por seguir ahí, escuchando, pero quitándole atención al juego... para no padecerlo.
Y en un momento, créanme, ya dejo de pensar en mí, me sale la madre, pienso en los jugadores. "Pobrecitos, deben estar agotados." Y lo escribo. Y mientras estoy escribiendo esto último:
-GOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLL
Lo grito. Ay, dios mío. Levantando los dos brazos.
"Argentina hasta el alma", dice el relator.
Catarsis colectiva. Me acuerdo de un amigo usando este término en relación al teatro y a la necesidad del aplauso (en este caso, de los gritos).
Después del gol, ya vuelvo en mí. Gracias, gracias, Fiera Mundialista... por devolverme a la normalidad de mi vida.
Ya todo lo que sigue después del gol no lo escucho. Tengo la certeza de que pasó lo peor.
-¿Qué se hace ahora hasta el próximo partido? -pregunta el notero a Di María-. Dormir, comer, dormir, comer. El agotamiento debe ser terrible.
Sí. Ellos, dormir, comer... Yo tengo dolor de panza, un montón de trabajo pendiente, y mejor que me ponga las pilas porque en 4 días vuelve a jugar Argentina.
¿Ustedes? ¿Vieron partido? ¡¿Cómo lo llevaron?!
Hasta los nenes de 4 están capturados
PD: Para conectarse por privado, me encuentran, como siempre, en inessainz@msn.com ¡Buen miércoles!
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