
Ando disfrazada por Buenos Aires que está helado. No me quedé con nada medianamente abrigado para el verano, ni siquiera algo livianito como para tirarme encima. Entonces ando con uno de esos sweaters tipo saco, largos con picos, que traté de combinar ingeniosamente durante la semana hasta hoy, que soy directamente un disfraz. Estoy pensando en volver a lo de mamá a rescatar algunas prendas para ponerme antes de que convoquen para una comparsa. Encima, esta noche tengo la fiesta de fin de año de la agencia. Recortaron bastante y va a ser algo más tranquilo que otros años (cosa que no es difícil) pero igual hay que vestirse más o menos decentemente. El año pasado fue un escándalo, con jefe encerrado en guardarropas con secretaria y un cliente corriendo atrás de una de las chicas de mi equipo. En realidad odio estos eventos. Para divertirme tengo a mis amigos. Encima, seguramente esté invitado el Turco y la gente de su productora. Uf, ya arranqué el día cruzada. Veremos cómo lo termino.
En esta nota:
SEGUIR LEYENDO


Qué es la cultura de la cancelación y qué significa estar “cancelado”
por Ludmila Moscato

Estrés. El costo que pagan los líderes por ocuparse de su equipo

Podcast. Una oportunidad de engagement para los emprendedores
por Milagros Conzi

ESI para padres. Todo lo que tenés que saber para poder hablar de sexualidad con tus hijos
por Denise Tempone
