Hace dos semanas salió publicada una nota mía titulada ¿Cuánto cuesta ser vegano? Sabía que despertaría polémica porque cualquier alusión a esa palabra la despierta. Mi objetivo fue mostrar que existían alternativas para alimentarse bien, y llevar un determinado estilo de vida sin necesidad de consumir animales. Pero los comentarios…
Aunque aclaré que existen miles de variantes, tipos de dietas, veganos saludables y conscientes, y veganos que viven a papas fritas, de todas formas las críticas fueron orientadas hacia ese punto. Claro, podés ser vegano y comer alimentos procesados o tomar gaseosas oscuras. Podés ser un snob y comer solo en Palermo Hollywood. El veganismo es una cuestión filosófica de respeto hacia todos los seres vivos, se parte de esa base. Pero considero que el respeto debería trascender la idea de no comer ni vestirse con los productos que se extraen de los animales. Si respetamos el medioambiente, lo mejor es pensar, desde el origen, cómo se extrajo el alimento, cómo se elaboró, ¿se usaron pesticidas? ¿se mataron insectos y pequeños animales para proteger los cultivos? ¿Se usaron productos animales en la elaboración? Ahí es donde entra la cuestión orgánica. (No se trata de un error conceptual, sé que orgánico y vegano no son lo mismo).
A comparación de otros países, donde la comida orgánica es más variada y accesible, en nuestro país todavía se encuentra acotada a nichos de mercado. Por eso una solución bastante aceptable es la agroecológica, que si bien no pasa por una certificación, respeta los ciclos de la naturaleza y no agrede la tierra. Es desde ese punto que hice la búsqueda de precios. Me costó encontrar zapatos económicos equivalentes a los de cuero, creo que faltan opciones, o al menos yo no vi tantas. También en la lista hay una campera de eco cuero, aunque la verdad es que yo prefiero evitar ese material, que es derivado del petróleo. Es un poco agotador vivir pensando en todo lo que uno consume, pero una vez que se empieza, es una conciencia que se mantiene alerta, más allá de que se ejerza o no.
Con mis propias contradicciones, y con ciertas dudas, siempre mi objetivo es hacer el menor daño posible, a la naturaleza, a las personas. Y ahí dejan de importar las etiquetas, o las palabras que despiertan recelo. ¿Consumo ropa que tiene detrás trabajo infantil o esclavo? ¿Consumo productos que perjudican a otros seres? Tengo tanto por aprender que no sé si alcanzará esta vida para llegar a ese estado de conciencia en el que me puedo quedar tranquila. Pero trato de difundir lo que me resuena y me parece interesante para que otros también lo apliquen en sus propias vidas. Tenemos la libertad de decidir, pero es mejor hacerlo conociendo todas las variables. Por eso le digo no a la soja transgénica, a la minería a cielo abierto, a las carreras de galgos, y a cualquier tipo de maltrato animal, también rechazo el consumismo que nos lleva a comprar más de lo que necesitamos.
No creo que los veganos sean "militantes y fanáticos" aunque sé que existen algunos. La mayoría de los que conozco son muy agradables, entiendo también que para que llegue mejor el mensaje es más productivo hablar desde el amor y no desde el odio (esto también se aplica a la propaganda política que nos inundó en las últimas semanas y las redes sociales que se pusieron bastante insufribles en ese sentido).
Para todos los que andan transitando el camino del veganismo, es muy útil saber dónde adquirir los productos, por eso Che Vegano es un emprendimiento social que tiene el propósito de difundir hábitos saludables y responsables de consumo, en Argentina y toda Latinoamérica de forma simple y amigable.
Además de concientizar sobre el impacto sanitario, socioeconómico y medioambiental del consumo de animales y sus derivados, muestra que "las decisiones de consumo son una herramienta simple y poderosa para cambiar el mundo". También cuenta con un directorio en donde se pueden buscar productos (¡encontré dos marcas de zapatos más!) y estar al tanto de las novedades y eventos. Y como si fuera poco, encontrar recetas como esta, de hamburguesas de remolacha y mijo:
Ingredientes
1 taza de mijo
1 o 2 cebollas de verdeo picadas finamente
1 cebolla picada finamente
1 remolacha en cubitos pequeños
1 zanahoria en cubitos pequeños
1 trozo de calabaza anco en cubitos pequeños
Sal rosada o marina
Aceite de girasol para lubricar la placa (en lo posible alto oleico, que es más resistente a altas temperaturas)
Condimentos: italian, cúrcuma, provenzal, etc.
Preparación:
Cocinar el mijo con tres tazas de agua, sobre difusor por 20 minutos.
Una vez que se haya evaporado toda el agua, revolver enérgicamente con cuchara de madera y agregarle los demás ingredientes.
Cocinar la remolacha, zanahoria y calabaza previamente al vapor o al horno , y agregarselo al mijo, revolviendo y comenzar a armar las hamburguesas (se ponen rojas) y disponerlas en una placa aceitada en un horno fuerte para dorar de ambos lados.
Se pueden rebozar con semillas, avena fina, etc.
Se pueden utilizar las verduras y hortalizas que nos gusten y que tengamos, enriqueciendo de esta manera la hamburguesa.

Hamburguesa de remolacha y mijo.
El próximo miércoles Che Vegano cumple un año de su creación y lo festeja con una cena en Vita de Palermo (Costa Rica 4522). Hasta hoy, viernes, se pueden adquirir las entradas, también habrá música en vivo. Un beso para Elena, César y todos los que integran esta organización.
Yo no estaré ese día porque ahora me toca hacer un pequeño viaje a mí, ¡por fin! después de tanto trabajo, vuelvo a visitar a mi familia de amigos en Puerto Madryn, y también a las ballenas. Así que les deseo un buen fin de semana, y nos reencontramos el martes, en el día habitual de este blog.
Me pueden ubicar en kariuenverde@gmail.com
¡Abrazos!
Kariu
En esta nota: