Chica de tapa OHLALÁ!: “Mi pelo refleja mi impulsividad”

Hay veces que nuestras elecciones cobran dimensiones extraordinarias. Delfina Saini fue rubia por 17 años y nunca había sentido aquella necesidad impetuosa de hacerle algún cambio a su pelo. Pero fue su impulsividad, tan característica, la que en primera instancia la llevó a teñirse de blanco y a mantenerlo así por un año. Pero eso no fue todo: "Yo me teñía en mi casa y un día fui a la farmacia para comprarme mi tintura de siempre y terminé llevando una roja", comenta Delfina. Sin planificación previa tiñó su pelo de rojo intenso. Fue ese mismo rojo el que se fue lavando y convirtiéndose en naranja, hasta llegar a su color actual, el rosa. "Es muy raro porque yo ya me acostumbré, como si fuese rubia. Capaz conozco a alguien que me hace notar mi color de pelo y para mí ya es lo más normal del mundo", dice. Así, sin buscarlo, su pelo se transformó en un accesorio más que aporta enteramente a su estilo. Delfina se identifica y reconoce con este rosado que luce por plena casualidad. ¿Creemos en las casualidades? Es esta cuota de sorpresa la que mayor alegría nos provoca. Se trata de aquellos efectos secundarios detrás de nuestro plan maestro, que no estimábamos, pero que nos confirman que nada podemos tener completamente en nuestras manos, afortunadamente. "Transmito lo que quiero a través de mi pelo. Tanto el pelo como la forma de vestirte expresan como sos y lo que sentís", afirma Delfina. Con mayor o menor tendencia al cambio, hay decisiones que, a su tiempo, se amoldan y cobran vida propia, para representarnos como nadie podría hacerlo.