Cómo aprovechar al máximo el uso del cepillo del pelo

Si de mitos y teorías del cepillo de pelo hablamos, existen miles de historias distintas. Está la chica que se cepilla, cual princesa, 100 veces (o hasta que se le acalambre la mano) antes de ir a dormir, y la que solo se pasa un peine cuando sale de la ducha y no se vuelve a tocar el pelo, para no lastimarlo. ¿Cuál es la conducta más adecuada? ¿Cómo hay que cepillarse el pelo para que no se lastime? Le pedimos ayuda a Patricia, de la peluquería de Roberto Giordano, para que nos saque todas las dudas y nos ayude a aprovechar el uso de esta herramienta tan útil.

En el baño. El mejor momento para cepillarnos el pelo es en la ducha, una vez que aplicamos la crema de enjuague. El pelo es más frágil cuando está seco, y si lo cepillas ahí podes quebrarlo y lastimarlo. Acordate de elegir siempre la crema de enjuague según tu tipo de pelo y de ponerla solamente en las puntas. El cepillo va a ayudarte a distribuirla por todo el pelo, sin dejar tantos residuos.

Después de bañarse. Una vez afuera de la ducha, siempre es recomendable aplicar una crema para peinar en las puntas antes de desenredar tu pelo. No solo lo protege, sino que hace que la pelea contra los nudos sea menor. Y si hay menos tironeo, hay menos daño. El cepillo ideal para esta situación es el conocido "cepillo araña", con puntas redondeadas que carecen de filo y no dañan en lo más mínimo el bulbo capilar.

Pero cepillar más tu pelo no va a volverlo más suave o más brillante. Eso sí es un mito. Para tenerlo luciendo saludable es necesario hacer un baño de crema por mes, por lo menos.

Atención a las chicas con rulos: tienen que cepillarse lo menos posible, ya que el cepillado genera frizz y eriza los rulos. Las chicas con pelo lacio pueden cepillarlo más, sin preocuparse por este problema.

Antes de dormir: Una buena rutina para antes de ir a la cama es aplicar la crema para peinar y cepillar bien el pelo. Así vas a despertar a la mañana siguiente sin nudos ni pelos enredados.