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Composición. Tema: La Navidad




Escuché en la radio que el porcentaje de personas a las que no le gusta la Navidad supera a los que se sienten invadidos por el espíritu de paz y amor. ¿Ésto pasa en Argentina? ¿En el mundo? ¿Podrá vencer el Grinch? ¿Tendría que defendernos Rodolfo Barili?
Una estadística difícil de comprobar, pero sigamos el procedimiento súper confiable de buscar en Google. En castellano "Odio la Navidad" con 1.040.000 le gana a "Amo la Navidad" con 938.000. En inglés la cuestión se revierte, I love Christmas, saca cerca de 619.000.000, mientras que I hate Christmas, tiene cerca de 99.900.000 resultados. Es probable que la diferencia tenga que ver con esa costumbre optimista de los norteamericanos de hacer temas y discos enteros dedicados a la Navidad, como por ejemplo este de Mariah Carey que confieso que me encanta:
Acá Michael Bublé presenta a Mariah Carey.
Lo único que me queda claro es que la Navidad no nos deja indiferentes, y no hay que usar demasiado ingenio para sacar esa conclusión. Basta con percibir en nuestro entorno esa ansiedad por terminar todo, por descansar de una vez y al mismo tiempo juntarse con todos antes del 31. Porque así de contradictorios somos. Por otra parte, en Argentina tenemos en la historia reciente muchas razones para que esta época nos encuentre estresados, desde 2001 para acá. A eso se suman excesos varios y la promesa de empezar la dieta muy pronto, apenas dejemos de brindar. Y los encuentros por compromiso, los gastos, los balances...¿Entonces? Creo que está buenísima la propuesta de conectarnos con los chicos que alguna vez fuimos. No recuerdo si fue en el blog de Ine que leía algo así, es muy probable. Conectar con la emoción, la capacidad de asombro y de juego que en ellos es natural y que nosotros a veces perdemos. Recuerdos. Me acuerdo que una Navidad me regalaron una remera blanca con la cara de un tigre en azul. Amaba esa remera, la usé muchísimo. Por esa época leía libros sobre animales así que yo jugaba a transformarme en ellos. A veces era un antílope, otras un leopardo y también un pterodáctilo (este último requería de mucha imaginación). Tengo bien presente la emoción que me producía armar el arbolito, siempre el mismo aunque año tras año perdiera sus ramas. Era un momento mágico terminar la obra con la estrella arriba de todo y quedarnos fascinadas con el juego de luces. Nunca hubo gente disfrazada, ningún gordo bonachón que se prestara a ponerse el traje rojo. Demasiado calor. Sí, tengo presente la mesa larga, una cantidad abismal de comida que después se reciclaba durante los días siguientes, ver cien veces "Mi pobre angelito" y la idea de tener las vacaciones y la eternidad por delante.

El 24 a la noche estará la familia más cercana, los que podamos. Es cierto que faltarán algunos y cuando brindemos pensaremos en ellos. Todavía cuesta, pero hace tiempo que me vengo amigando con la idea de la muerte como un proceso necesario de trasformación, es un buen momento para ejercitar el desapego, meditar y mantener el equilibrio. Mientras tanto celebraré y jugaré a ser tigre, y no perderé el asombro ni la ilusión por todo lo que vendrá. ¿Tienen recuerdos de las navidades de la infancia? ¿Y qué tal las de ahora? ¿Algún regalo especial que los haya marcado? ¿Una comida para compartir? El otro día estuve en el evento que comenté en el post anterior, la feria consciente de Jueves al Mercado, y probé el licuado de sandía y limón de las chicas de Senhorita Abobrinha.
Había otro de pepino, naranja y zanahoria. Me parecieron opciones más que geniales para los días de calor, y por qué no, para las fiestas. Además visité su página y encontré recetas que me dieron ganas de hacer, aunque tengo que buscar algunos ingredientes con el traductor ya que están en portugués. Pero una muy simple es la del queso de castañas de Cajú, no sólo para los que quieran reemplazar el queso tradicional sino porque queda muy sabroso. Lo único que se debe hacer es procesar una taza de castañas con un diente de ajo pequeño, sal a gusto y un poco de orégano fresco. Se puede conservar en heladera pero no conviene hacerlo por más de una semana. El queso de castañas de Cajú. Otra propuesta de Senhorita Abobrinha.
Y por último, no me canso de recomendar el blog La Cocina del círculo (en Twitter, @lacocinadelcirculo), que tiene, por ejemplo, un helado natural de sandía y cerezas que es una maravilla.
¡Yo me despido hasta el jueves! Les deseo una linda Nochebuena, nos encontramos en Navidad.
Me pueden escribir a kariuenverde@gmail.com.
Kariu.

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