Estudiar y hablar otra lengua es un acto tan expansivo como dar/recibir un primer beso.
De joven fantaseaba con ser políglota. Y mientras pude, mientras hubo tiempo y presupuesto, me aboqué al estudio fanático de lenguas extranjeras.
Al inglés, que era obligatorio en el colegio, le sumé 7 años de Alianza Francesa, y otros 4 años de instituto alemán e italiano.
En ese entonces me jactaba de hacerlo. Hoy un tanto me avergüenzo (de decirlo).
Sobre todo después de un fin de semana en el que me vi obligada a hacer uso de una de ellas (del inglés, que se supone fue el idioma que más estudié) y me sentí expresándome cual niña.
Cual niña de 3 años.
Fue revelador de todas maneras, después de una charla que se prolongó en el tiempo durante varias horas, darme cuenta de que, pese a la dificultad, había algo que me seducía.
Volví a experimentar aquella curiosidad, aquella adrenalina, aquel vértigo que de joven sentía cuando me internaba a estudiar no sólo un idioma, sino otra cultura.
Otra cultura occidental, oh, sí, quizás no tan distante de la propia como sí otras, pero aun así, distinta.
Me estoy dando la licencia de un post por fuera del rol de madre... de una circunstancia que tampoco está tan desligada de esa faceta tan omnipresente en mi vida.
No me gusta para nada escucharme subrayando aquellas renuncias que uno hace o que una ha hecho para poder dedicarse a ser madre. Pero en parte es cierto que el tiempo es limitado y cuando a las responsabilidades labores (todo aquello que hacemos para sobrevivir, para auto-sostenernos) uno le suma las maternales, el tiempo de ocio, de estudio o de auto-desarrollo se acota.
Pero pensándolo bien, no me veo estudiando un idioma de nuevo. El estudio es sólo una parte. Si hay una razón por la cual los idiomas estudiados están oxidados es la misma por la que una bicicleta se oxida cuando una la olvida en un sótano o en un garaje por muchos años: porque no se usa.
Ya cité en el blog a aquella profesora de inglés que nos daba la lata con una frase que terminaría siendo premonitoria: "If you don´t use it, you lose it"
Es por ello que estos días me vengo preguntando: ¿Qué me ayudaría a empezar a desempolvar estas herramientas? ¿Acaso el motivo de aprender otras lenguas no era abrirse a otras culturas?
No me veo viajando ni instalándome en otro país de momento, pero sí podría, sí estaría bueno, por qué no, conectar con la maternidad desde un nuevo ángulo. Tal vez indagar el proceso de adaptación de una madre/padre que viene del exterior y se instala, por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires.
Otra idea que me viene dando vueltas es la de contactar con blogueras madres extranjeras y arriesgar algo así como un intercambio.
Desde ya, no se preocupen, el lenguaje aquí seguirá siendo castellano. Me ocuparé de traducir lo que se deba.
Tampoco quiero limitar la búsqueda a personas que hablen necesariamente otro idioma o que residan en mi ciudad.
La idea es básicamente abrir el juego, preguntarse cómo se lleva, cómo se vive o piensa la pater/maternidad, la crianza en otros países y/o culturas. En otras palabras, salirnos un rato de nuestra argentina burbuja.
¿Qué piensan? ¿Usan ustedes alguna lengua extranjera? ¿Les ha pasado de estudiar un idioma y no tener situaciones para ponerlo en práctica?
Por Lula Ruiz. La encuentran en www.lularuiz.wordpress.com
ANIVERSARIO REGALO: El domingo estaremos cumpliendo 5 años de blog. Así que el día viernes vamos a estar regalando 3 pares de entradas para Mamitas, un espectáculo de stand up Voy a dar una consigna muy fácil a resolver en los comentarios. Las primeras tres que cumplan la consigna se llevarán las entradas.
ANIVERSARIO ENCUENTRO: El sábado 27/09 nos estaremos encontrando a merendar juntas. En un café o plaza. La que quiera compartir esa tarde con otras mujeres charlatanas, puede escribirme a inessainz@msn.com
Como siempre, si quieren contactarse por privado, me encuentran en mi email o por mensaje privado de FB.
¡Que tengan un muy buen miércoles!
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