El otro día una amiga me llamó la atención... oh, sí, a mí, a la reina de la atención y el cuidado, le dijeron, así bien explícito: que no había contestado emails y peor todavía, que todos los últimos que yo había escrito habían sido pedidos (de favor).
Oh.
"¡Perdón!", sí, "perdón" fue lo primero que sentí y me salió. También me nació justificarme pero mientras lo hacía, o un rato después, recordé mi reproche a mi amigo "colgado". Ojo, que yo no acusé cuelgue, sino falta de tiempo... pero a la vez, debo admitirlo, contesto muchos comentarios, contesto cuando puedo la mayoría de emails del gmail, ¿por qué no contesté aquellos? ¿Distracción? ¿Cómo nos repartimos? ¿Cómo nos administramos?
Qué sé yo.
¿Será que cuando hay más confianza elegimos otros medios? Bah, bueno. Eso es algo que a mí me sucede. Como el encuentro con ustedes pasa por la palabra escrita, siempre me es más fácil levantar el tubo (para llamar o atender) y hablar con una amiga que escribirle un email. Y ni hablar cuando puedo encontrármela directamente en persona, en la puerta del jardín, por ejemplo.
También, admito, que mi apertura en este espacio, el ejercicio de mantenerme abierta y disponible en este marco... puede generar desconfianza a otros vínculos ya forjados. Yo misma lo digo cuando veo ese funcionamiento en otro: "Si a varios les dice "te quiero", entonces a mí no me quiere tanto".
Mosca muerta, a ver, que te parece, decime... Y ella me dice:
-Inés, como el lunes decía Vane en relación a otro tema, la tecnología atravesando la vida cotidiana crea nuevas prácticas. Los amigos son los amigos, sí, pero también la virtualidad y tu trabajo habilita, permite, fomenta nuevos vínculos (afectivos), todo el tiempo, es casi tu desafío... y eso no tiene nada de malo.
-Pero no puedo hacerme amiga de todas...
-No, amiga amiga no -me dice la mosca- pero estar ahí, más o menos involucrada con su existencia, sí... Y que después sea lo que sea.
-¿Y entonces debería rever la relación con mi amigo hiper-ocupado?
-No, no -me contesta- dejalo al amigo hiper-ocupado tranquilo... que ya le dijiste todo, en todo caso que mueva él el primer dedo. Vos ocupate de cuidar lo disponible y cosechado.
Ok, gracias, mosca muerta... y dale, sigamos.
¿Qué piensan? ¿Alguna desatención importante que hayan tenido el último tiempo? ¿Y cómo llevan estos "raros vínculos nuevos"?
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