Si andan buscando una técnica de meditación infalible, que "les vuele la cabeza", como ahora se dice... bueno, a pintar paredes de la escuela de sus hijos; ése es mi consejo... o por lo menos mi experiencia (de sábado).
Claro está que no lo hice especulando con el beneficio. Caí temprano con niñas porque este año me había propuesto un compromiso más activo con el jardín... y en un primer momento dudé de mí misma (no te las vas a dar de hacedora ahora... ¿o sí?), pero me mantuve atenta y "a ver, ¿qué hay qué hacer?, díganme."
A partir de ese instante ya no hubo lugar para elucubraciones mentales, a partir de ese instante: "¿agarro pincel o uso rodillo? ¿los zócalos también los pintamos? ¿Sabés cómo me limpio? ¿Dónde encuentro aguarrás?, etc.", así durante 3 horas mínimo.
Y luego del almuerzo (del alimento; hace tiempo que no sentía hambre y necesidad de alimentarme), al patio a continuar pintando detalles y limpiando. Hasta las 7 y media. Con hijas libradas a la amplitud del espacio, hechas milanesa de arena, mojándose la ropa y la cabellera, subidas a otitos y triciclos, trotando, gritando, riéndose.
"¿Y? ¿Te diste con alguien?", me preguntó marido en el camino de regreso, queriendo en concreto saber si había conversado con alguno de los otros 15 padres que también habían concurrido.
"No, con nadie."
O mejor dicho: nunca estuve tan silenciosa, en el sentido de poco discursiva... y sin embargo, me sentí fuertemente conectada con el resto. Acoté: "es interesante vincularte desde el trabajo corporal con los otros. Como si estuvieras jugando un partido: tomá, acá, sacá, poné, vení, ahí, dale, vamos."
Y probablemente cuando vuelva a cruzarme con varios de ellos, sienta una comunión mucho más... ¿más real? que si hubiéramos estado: "che, ¿y vos? contame".
Ahora que lo pienso mejor, sí hubo pensamiento abstracto, un único pensamiento abstracto... que me anduvo rondando: "la escuela como casa". La apropiación de ese espacio, el hacerse cargo, el cuidarlo y ponerlo lindo... para tus hijas y para todos los niños que tengan la suerte de caer en este querido jardín -de espíritu- comunitario.
¿Cuál fue el hecho o momento más significativo de su fin de semana?
PD: Ilustración de Sonia Esplugas www.soniaesplugas.blogspot.com
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