Deberías, deberías, deberías...

2 de agosto de 2011 • 11:10

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CEJAS Y PESTAÑAS

Gran Jefe está al borde de la locura y con él arrastró al resto de la agencia. Se pospone el viaje a New York. Obviamente hasta que tengan un poco más claro el panorama económico los clientes prefirieron pasarlo para más adelante. Puede que sea en septiembre recién. Por otro lado me alivia un poco el panorama, estoy en bancarrota total y no hubiese podido robarme ni dos días como planeaba.

-Yo te presto, relajá con la guita. ¿Necesitás ahora para algo?

Pedro trata de relajarme y me ofrece ayuda. Cuando tiene estos gestos lo adoro. La verdad es que estoy tan acostumbrada a la autosuficiencia que cualquier ofrecimiento de este tipo me desarma.

-No, es estos meses supongo, se me está haciendo muy cuesta arriba la devolución de la guita, mucho gasto junto. Vengo girando en descubierto mal...

Vuelve a insistir con un préstamo. Si hay algo que no quiero es endeudarme más. De acá en adelante se trata de devolver.

-Como te cuesta aceptar ayuda, eh...

Para ser tan varoncito, algunas veces es de lo más perceptivo. Y sí, soy bastante orgullosa y me cuesta, además lo vivo medio como un fracaso y me castigo. Deberías organizarte mejor, no deberías haberte embarcado en esta mudanza, deberías estar haciendo más guita, no deberías gastar en pavadas, deberías cambiar de laburo, deberías, deberías...

Ya me conozco en estos estados, son poco productivos. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que tengo que enfrentar las cosas y pensar en hacer varios cambios; mi trabajo por ejemplo.

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