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Dos casos de diabetes y un cuadro de payasos




Me habían contado su historia, me dijeron que era un hombre que tenía diabetes y se había recuperado a través alimentación viva. Conocía otro caso y eso me había conectado con otras personas que pasaron por la misma situación así que estaba intrigada. Hablé con él y quedamos en encontrarnos en su casa-estudio en donde tiene sus cuadros. Lucas Stoessel es pintor, percusionista y actor, uno que trabaja en videos y publicidades. También es diabético, porque la diabetes es una enfermedad en la que el cuerpo deja de producir insulina o lo hace de manera inadecuada, una afección crónica. Al menos eso es lo que dice la Alopatía aunque hoy Lucas mantenga los valores normales de glucosa en sangre.
Su casa, en el barrio de Saavedra tiene una terraza con césped que invita a sentarse y dejar que el tiempo corra sin preocuparse por las obligaciones que esperan afuera. Así comenzó la entrevista, con el cielo despejado del viernes pasado y un té con hojas de stevia y manzanilla con canela, jengibre y clavo de olor.
Fotos publicitarias

Fotos publicitarias - Créditos: Lucas Stoessel

Lucas cuenta que fue en 2013, un día se sintió muy mal y en la guardia de CEMIC le dijeron que tenía el nivel de glucosa demasiado elevado -340 cuando lo normal es menos de 100-. Entonces le diagnosticaron diabetes y el mundo se le vino abajo.
-¿Vos tenías una alimentación común?
-No comía todo el tiempo en Mc Donalds pero tampoco comía verduras. Comía sanguchitos, gaseosas, azucares, harinas a pleno. Siempre fui flaco.
La médica le dijo: "Es una enfermedad degenerativa, te vas a poner cada vez peor, es progresiva. En diez días te volvemos a controlar y empezamos con la insulina. Consumí productos light, no tomes Coca común, tomá light, comprá azúcar rubia pero tomá antidiabéticos orales".
Le hizo caso, tomaba una pastilla a la mañana y otra a la tarde. Cambió al queso, y la mermelada light. Pero se medía la glucosa con el aparatito y le seguía dando mal, aun con la medicación oral. A los diez días se hizo un análisis más profundo y la médica le dijo: "vas directo a la insulina".
Le dio un librito sobre cómo se colocaba la insulina, con fotos de gente feliz mientras se inyectaba y le agregó dos pastillas más que le cubría la obra social. Esa noche, cuando volvía en bicicleta a su casa pensó en el panorama terrible que se le presentaba y decidió hacer todo lo posible para que la insulina fuera el último recurso y no el primero.
-Me bajó la data, Dios o el universo me iluminó. Justo una amiga me había enviado un link a un video en donde decía: "Hay una cura para la diabetes" y hablaba de un tal Cousens que en Michigan tiene una granja y pone gente a comer verduras y los cura en un mes. Lo miré. Había mucha diversidad, todos con diabetes, gente que la tenía hace años. Los tipos comían verduritas y limonada y nada más pero se medían a los tres días, a la semana y la glucosa les había bajado a niveles normales.

Una cuestión de insulina

La insulina es la única hormona anabólica, la que produce tejidos y grasa muscular, por lo que para mantener el musculo y las grasas cada tanto Lucas se aplica una dosis de insulina pero dice que no hace lo que la mayoría de los diabéticos: comer mal y corregir el azúcar en sangre con la insulina.
-Muchos comen pastas, pizzas, empanadas, les sube el azúcar con las harinas, clavan insulina, baja mucho el azúcar, se sienten mal, entonces toman Coca recetada por el médico que le dice: "siempre tené una botellita en tu cartera". Al tomar vuelve a subir. Y viven tapando el desequilibrio.
Aunque no estaba tan convencido, no tenía nada para perder: probó por las suyas. Sin saber demasiado de dietas comió ensalada, lechuga, tomate, choclo y cebolla. En tres días le había bajado el nivel de azúcar. Lo tomó como señal y se compró el libro del doctor Cousens, lo devoró y comprendió que necesitaría algo más que voluntad para dejar de comer cosas que le daban placer y saciedad.
-La comida es muy emocional, es para llenar vacios que a veces no se pueden llenar con otra cosa. Me puse a investigar, empecé a comer semillas, a visitar las dietéticas. Adelgacé, estaba demacrado y me preocupé así que fui a ver a la nutricionista Natalia Amengual, ella me recibió con mucho amor. Dijo que estaba bueno lo que estaba haciendo, que iba por buen camino. Pero tenía que acomodar los porcentajes de vegetales, cereales y legumbres. Me dio un panorama, puntas sobre cómo combinar. Me dijo que hiciera cursos de raw food, de veganismo. Hice cursos de lácteos vegetales. Hago de almendra, girasol, alpiste. Cursos de postres, aunque mucho dulce no puedo comer.
La pasión de pintar

La pasión de pintar - Créditos: Lucas Stoessel

El relato del cambio

Al principio fue más difícil, sobre todo por el tema del entorno, llegar a un lugar en donde comían pizza, birra y helado, y que los demás entendieran su decisión. Pero Lucas se tomó en serio el cambio aunque la paso mal. Los primeros quince días estuvo ansioso y angustiado, comía mucha fruta y tenía una lucha interna que no se la desea a nadie. Es que las harinas son adictivas y su cuerpo se las pedía. Cuando le pasaba eso salía a correr, se daba duchas de agua fría.
Empezó a anotar, en lugar de hacerlo cada dos días, como le había dicho la médica, se medía la glucosa cinco seis veces por día en relación a todo lo que comía. Armó una tabla de valores con las combinaciones de los alimentos para saber cuáles provocaban una suba o baja. Eso le ayudó mucho.
Explica que hay un valor de referencia en los análisis de sangre, de hemoglobina glicosilada que marca las variaciones del azúcar en sangre en los últimos tres meses. Lo normal es que se encuentre entre cuatro a seis. A él le había dado diez, arriba de un diabético normal, pero después había empezado a bajar con la nueva dieta. Cuando se los llevó a la médica ella los miró y le dijo: "sí, pero estás enfermo igual". Eligió no volver más.
Su mamá, preocupada por su peso, le recomendó que fuera a ver su médico clínico y él aceptó para no sentirse tan desamparado, porque esa era la costumbre. Le contó lo que estaba haciendo y le dijo que estaba decidió a seguir con la dieta crudivegana. El médico le recomendó un poco de queso para engordar y le pidió un análisis de sangre todos los meses. Le explicó que existe algo a lo que se le llama "luna de miel", un período al principio en que los valores se estabilizan pero puede pasar que más adelante recrudezca. Lucas le contestó que su objetivo era que el índice que le había dado diez en el siguiente análisis le diera ocho, seis y en cinco meses llegara a 5.1 como en los valores normales.
-Es imposible, no vas a poder, me dijo un médico clínico con sesenta y cinco años y con una carrera de cuarenta años. –dice y sonríe.
Lucas Stoessel, llegó a pesar 67 kg. y se veía muy demacrado pero hoy recuperó sus 75 kg. y lo más importante es que se siente bien. Empezó a comer más legumbres, cereales, no mucho arroz por el almidón, a veces un poco de yamaní. Avena, lentejas, garbanzo con el que prepara humus. Tiene una vida normal. El análisis de hemoglobina glicosilada le dio 5.1. y se mantiene estable. A pesar de ir en contra de lo que aprendió en la universidad, el médico le dijo que continúe con la dieta, porque es casi milagroso lo que le pasó. Cuenta que no toma ningún tipo de gaseosas y que el compromiso es tan grande que tampoco les hace publicidad aunque paguen muy bien.
-Ahora como cinco manzanas y diez naranjas y no pasa nada. Pero no puedo tomar el jugo de naranja por la fructosa que hace subir el nivel de azúcar. Si la como entera, el azúcar se filtra mejor. La dieta por lo general es vegana y crudívora. A veces como un poco de carne y no sube mucho. Cuando por ejemplo como carne y mucha verdura, no sube. Sin verdura sube más. Pero si mezclas carne con harinas blancas, los valores se van al carajo. Un sandwich de miga, que es una pavada, te mata. Carne, harina y dulce, olvidáte. Dulce solo sube pero no tanto.
Hoy es medio gurú de la alimentación entre los amigos, aunque le falta mucho por aprender, su hermano también cambió la alimentación, su hermana está empezando a cambiar. Algunos amigos le piden consejos y cada tanto recaen en tentaciones, pero no pasaron por la misma situación.
-La diabetes es como si fuera una señal de que estás comiendo porquerías y el cuerpo te pide que lo alimentes como corresponde. No estamos acostumbrados a comer bien y aunque al principio fue terrible, ahora le agradezco haberme dado la oportunidad de cambiar. Le doy la verdadera importancia que tiene la alimentación, me tomo mi tiempo para cocinar y disfrutar de todo lo que hago.
El testimonio de Lucas Stoessel es muy valioso y claro, no es el único. Luciano Bonfico pasó por una situación similar, con la diferencia que, además de diabético pesaba 150 kgs. en 2011 y gracias a su voluntad pudo salir de su depresión, y logró transformarse en referente de la alimentación viva. Hoy va por los 75 kg., le gusta correr, sus valores se encuentran normales y administra un grupo "Recetas Crudas" en el que comparte recetas y alienta a otros a consumir esos alimentos, en el que tiene casi setenta mil seguidores. Hay varias entrevistas en la web y hace poquito empezó un programa en la radio "Ensalada Verde", los viernes a las 10 hs.
Sé que es un tema complejo por eso quise tratarlo de la manera más respetuosa posible. No es una conclusión, más bien es un puntapié para que cada uno elija u camino. En este momento hay miles de personas que sufren de diabetes y compartir las historias puede llevar esperanza a quienes creen que están condenados a vivir cada vez peor.
Para terminar les recomiendo ver algunas de las publicidades que hizo Lucas Stoessel para el exterior, como la de un vino y una óptica en la que habla en francés. Hasta participó de un video de Calle 13. Pero sobre todo, les pido que le dediquen unos minutos a ver esta maravilla que filmó nuestro amigo en común Gonzalo Gerardin, en base al proceso en el que Lucas pintó una última cena muy particular, unos días antes de que le diagnosticaran la enfermedad.
Payasos:
Espero que les guste y les resulte útil la información compartida.
Me pueden escribir a kariuenverde@gmail.com

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