
Yo digo que si la Primavera va a pasar de días como ayer a mañanas como la de hoy mejor se vuelva a su cucha. Cada vez me cuesta más levantarme y además ahora adquirí una costumbre horrible por la cual voy atrasando progresivamente el despertador de a cinco minutos que sumados terminan llegando a las 8.38 como hoy. Exactamente una hora más tarde de lo que me debería haber levantado. Entonces hago todo a los apurones, me atraganto con una tostada, se me pasa la leche del café, mi flequillo parece el de Elvis y Luli me llevaría presa por la Fashion Patrol si me viese el atuendo de hoy. Voy a armar un plan de sueño. Plan Doméstico de Replanteo del Descanso Nocturno. Así se va a llamar. Un Duérmete Niño para la grandulona. De a media horita por día o algo por el estilo; la cosa creo que es ir probando de apagar todo más temprano y llegar a las 8 horas. Acá Pedro me dice NO A LA TELE EN EL CUARTO. Yo le grito ANTES MUERTA. Me pregunto si se pueden cambiar estas cosas a esta edad (a pasitos de mis 31).
Necesito mis 8 horas de sueño diarias y juro que si me viesen la cara esta mañana, estarían de acuerdo.
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