Las mujeres tendemos a posponer espacios propios durante la vida en pareja, y retomarlos abruptamente no es fácil - Créditos: Corbis
Por Marta Rajtman
El divorcio, o la separación, viene a romper con esa elección que hicimos "para siempre". Eso genera una enorme crisis que hace tambalear aquel equilibrio adquirido con el matrimonio o la convivencia. La "separada", y sobre todo con hijos, comienza a transitar por atmósferas diferentes: todo se trastoca, la rutina cambia, las cosas no se dividen más en un cincuenta y cincuenta y, consecuentemente, alguno se disgusta.
Las mujeres, sobre todo, tendemos a posponer espacios propios durante la vida en pareja, y retomarlos abruptamente no resulta tan fácil. Gran parte de la vida social era compartida y ahora cambió: pareciera que estar con otro era estar simbiotizada, sin ser una misma. Todo esto, sin duda, impacta fuertemente en nuestro desarrollo y actividad sexual.
Está bueno recordar que el sexo es de cada una de nosotras y tenemos derecho a ejercerlo desde la práctica en pareja, la autoestimulación, el uso de juguetes, las fantasías o lo que cada una prefiera. Es un bien caro y preciado, y por eso hay que defenderlo. Tampoco está mal posponerlo. Cada una debe elegir cuándo y con quién. También vale hacer una prueba y retomar. Muchas veces, esto recién es posible cuando se superaron los sentimientos de confusión, vacío, fracaso, desgarro, odio e ira que suelen acompañar el duro momento de la separación. El dolor sólo conduce a confusión y a hacer malas elecciones, hasta lastimar a otros y a una misma. Basta del típico "fracasé". No es así, creciste, entendiste, maduraste.
Luego sobrevienen el alivio y la reacomodación a otra vida , que implica nuevos desafíos y el descubrimiento de cosas que nos sorprenden, ya que otra piel trae sensaciones no exploradas. Encontrarse con otros cuerpos, con estilos desconocidos y con olores nuevos hace que haya motivación para hacer cosas de las que nunca habías imaginado que eras capaz. Algunas mujeres se sorprenden de sus nuevas capacidades, sin entender qué les pasaba antes, que, durante tanto tiempo, sintieron menos y con menor intensidad.
¡Ojo con ser hipercríticas del propio cuerpo! No a todos los hombres les gusta un prototipo perfecto. Bienvenidos los kilitos de más, distribuidos en rollos ganados en momentos de placer y ricas comidas. No es necesario ir corriendo al gym y generar rutinas agotadoras y no saludables.
Por otro lado, el famoso touch and go , en líneas generales, deja un sabor amargo porque refuerza el sentimiento de soledad. Está desprovisto de emociones y pone en un mismo plano cualquier acción con el encuentro sexual. Mecaniza. Nuestra sexualidad se diferencia de la del resto de los animales porque incluye una cuota de emoción. Si eso no suele tener alguna devolución en el tiempo, tiende a generar cierta angustia.
La sexualidad comprende la autosatisfacción, se tenga o no una pareja. En el menú de nuestra sexualidad hay diferentes platos, uno de ellos es la masturbación. Autoestimularse es una manera de conocer el cuerpo, de conocer las zonas gatillos que son las que te van a permitir disfrutar más en el encuentro con el otro. Una es la que mejor sabe la sensibilidad de su propio cuerpo, por eso es interesante tenerlo estudiado. Chicas, hay que seguir apostando a la propia vida sexual y, quién les dice, quizás nos ganemos el premio mayor.
¿Cómo volviste al ruedo después de una ruptura? ¿Cómo fue el acercamiento al otro después de pasar por una separación? Contanos tu experiencia.
La autora se recibió de médica en la UBA, se especializó como sexóloga y profundizó sus conocimientos estudiando sexología clínica. Además, es Presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana y participa activamente en congresos y conferencias alrededor del mundo. Romper mitos y dar permisos, asegura, son las principales funciones de un sexólogo .
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