Newsletter
Newsletter

En movimiento




Qué quilombo, madre santa. Acaba de partir el camión de mudanza hacia mi nuevo hogar y todavía me quedan un montón de chiquiteces, como las llama mi marido. "No, te preocupes, las metemos en una caja y las llevamos en el auto de mi viejo", me dice. "Pero son demasiadas", pienso, "¡y no las quiero!".
Vuelvo a repetir mi mantra de estos días: "Cuántas menos cosas materiales tenés, más feliz sos". Menos que cuidar, que limpiar, más espacio, etc. Estoy en contra de la acumulación al cuete.
Por otro lado, me resulta anti-ético tener tantas cosas guardadas/stockeadas, sobre todo ropa, cuando hay gente que no tiene nada.
Por suerte, GRACIAS A DIOS, mi nueva casa NO tiene lugares PARA ESCONDER OBJETOS (sí buenos placards). Lo que hay es lo que se ve. Me encanta.
Cuando conocí a mi marido, su PH era impecable, a la vista. ¡Pero tenía un cuarto LLENO de basura (hasta el techo)! Después hubo que vaciarlo y ese cuarto pasó a ser el dormitorio de nuestras hijas. Ahora, en el nuevo depto., no hay chances. Se debe tener sólo lo necesario, yeah!
¿No creen que nuestras casas son (como) un AURA ampliada? ¿Qué piensan al respecto? ¿Cuánto hablan de nosotros nuestros "espacios"? ¿La pregunta es una perogrullada (o una pelotudez)?

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

“Muchacha, hacete el Papanicolaou”

“Muchacha, hacete el Papanicolaou”

Tapa de OHLALÁ! julio de Nico Ochiatto

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP