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Encontrá tu Ikigai




Hasta hace un mes no sabía nada de Viktor Frankl, ni siquiera había leído sobre su existencia. De repente me llegó como una oleada, desde muchos lugares diferentes, las ideas que alguna vez escribió. Y sobre él quiero hablar hoy, porque su pensamiento sigue tan o más vigente que a mediados del siglo pasado.
Viktor Frankl fue un neurólogo y psiquiatra que fundó la logoterapia, una psicoterapia que se basa en la “voluntad de sentido” como la primera motivación del ser humano. Y algo de eso experimentó en carne propia. Austríaco, de origen judío en plena guerra mundial, fue uno de los sobrevivientes de los campos de concentración de Auschwitz y Dachau. En 1945 fue liberado por el ejército norteamericano pero en el transcurso perdió a toda su familia. Su entereza espiritual lo salvó de la muerte o la depresión, en ese mismo año escribió “El hombre en busca de sentido”, desde su perspectiva de psiquiatra. El libro, que a su vez es una resignificación de otras teorías, como toda obra humana, marca un antes y un después en el ámbito de la psicología y la psiquiatría.
“Todo puede serle arrebatado a un hombre, menos la última de las libertades humanas: el elegir su actitud en una serie de circunstancias, de elegir su propio camino. ¿No podemos cambiar la situación? Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”.
Vinculado con eso, llegó a mis manos un libro que se llama Ikigai (Editorial Urano), una palabra japonesa que significa algo así como “la felicidad de estar siempre ocupado”. Escrito por Héctor García (Kirai) y Francesc Miralles, de Barcelona, ambos exploran los misterios japoneses por los cuales en ciertos pueblos y regiones habitan las personas más longevas. ¿Es la comida? ¿Es el descanso? ¿Es el paisaje tranquilo? Así llegan para hacer su investigación a Ogimi, un pueblo de 3 mil habitantes en Okinawa, donde los ancianos se ven felices, aunque esa región también haya sido arrasada durante la segunda guerra mundial.
El resultado de la investigación es fascinante. Si bien los hábitos saludables son muy importantes, lo es aún más tener un ikigai, algo que le dé sentido a su vida hasta el último de sus días. A diferencia de nosotros, que en la cultura occidental nos jubilamos para disfrutar de la tranquilidad de no tener que trabajar en lo que no nos gusta, ellos encuentran el placer de llevar a cabo su propósito y que además eso beneficie a los demás. “Tener que ayudarse unos a otros puede constituir para muchos un ikigai suficientemente poderoso como para seguir viviendo”.
Ikigai, el secreto para una vida larga y feliz. Foto: Latin Stock

Ikigai, el secreto para una vida larga y feliz. Foto: Latin Stock

Algunos de las características de este pueblo son:
-Comen al 80%. No llenarnos completamente. El proceso de digestión acelera la oxidación celular. Ellos comen muchos vegetales y tofu, en platos pequeños, también pescado tres veces a la semana. Toman té y respetan su tradición.
-Los vínculos son importantes. Forman grupos de personas con intereses en común, para intercambiar información y ayudarse unos a otros. Se denominan “moai”.
-Tienen una mente y un cuerpo activos. No se dejan ganar por el sedentarismo. Caminan, meditan, viven sin estrés.
-Nunca se jubilan, cumplen con su misión hasta que mueren, con un sentido del propósito que les da alegría y motivación.
Héctor García (Kirai) es escritor, nació en Valencia pero vive en Tokio desde 2004, Francesc Miralles es periodista y se especializa en psicología y espiritualidad. La reunión de ambos en Ogimi, y la entrevista a cien ancianos (algunos de 110 años), son parte de una búsqueda de respuestas a tantas preguntas que nos hacemos desde este lugar del mundo en el que nos tocó nacer, porque la felicidad es algo que no pasa de moda. Hemos desarrollado a lo largo de nuestra historia todo un sistema alrededor del dinero para darnos cuenta de que la mano no venía por ahí, que el hedonismo puede servir por un tiempo pero que la búsqueda del placer a cualquier precio nos deja vacíos a largo plazo. Ejemplos hay miles, todos conocemos a esas personas o ¡tal vez! somos uno de ellos.
Ahora, ¿es posible aplicar alguno de esos consejos en nuestras vidas? Yo espero que sí. Tanto la teoría de Víctor Frenkl, como el libro Ikigai indagan en eso que vinimos a hacer a este mundo. Ellos coinciden en que la logoterapia es útil para descubrir cuáles son los motivos para vivir y enfrentarse a los problemas con una actitud positiva, lo que no significa negar el dolor o la muerte, sino saber que eso ocurrirá y que lo único que nos puede ayudar es tener ese propósito.
Entonces, queridos amigos, los invito a indagar en ese ikigai que todos llevamos dentro, en buscar lo que nos apasiona, lo que amamos, lo que el mundo necesita, y llevar a cabo nuestra profesión en conjunción con nuestra vocación.
Diagrama del Ikigai

Diagrama del Ikigai

Abrazo.
Kariu

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