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Enternecerse




Admirar a mis hijas, admirar a los niños, un lugar común, trillado, no por ello menos genuino (cuando es genuino).
-¿Vos sabés que ya no me encandilo con otros (con otras personas)? Ya no l@s idealizo -le comenté el sábado a Camilo. Me refería a otros adultos.
-Antes tendía a idealizar a otros. A un director o directora de cine muy talentos@, a buena actriz, a una mujer bella, a un hombre o mujer poderos@ a mis ojos... Ahora puedo admirar determinado talento pero ya no idealizo al ser humano. Me quité las fantasías en relación a terceros... En todo caso, me encandilo con los niños.
Camilo dijo que a él le sucedía lo mismo hace tiempo. Doy crédito. Hace 3 años, cuando apenas lo conocía de lejos, pocas veces lo vi sociabilizar con padres; él apoyaba el traste en el piso y se instalaba con su hija -y con mis hijas- en el arenero.
...
¿Estoy improvisando este preámbulo para legitimar mis próximos pasos?
¿Acaso querés, Inés, dedicarle un texto a tus hijas y pretendés no parecer una mami más, una de las miles de mamis que andan aplaudiendo las gracias de sus hijos en Facebook?
¿Pero acaso tus lectoras no están esperando que les cuentes acerca de tus hijas?
¿Novedades?
Novedades mínimas.
Novedades de esas que charlás con tu madre por teléfono, que muchas abuelas degustan a la par de las madres.
Novedades como que...
Lupe aprendió a usar WhatsApp y yo, que siempre me rehusé a prestarles aparatos de tecnología, por querer cuidarlos (no necesariamente porque tenga una postura ideológica al respecto; la tengo en cierta medida), ahora me enternezco tanto con el uso que mi hija menor le da a esa herramienta... que no puedo evitar ceder ante ella.
Ante mi hija, ante Lupe, que vieran lo amorosa que la descubro cuando escribe breves -y no tan breves- mensajes plagados de emoticones... y entre todos esos emoticones, su nombre: Lupe. Le escribe a su abuela, a mi padre, a Camilo, a la mamá de Emma.
Mi madre, por ejemplo, tiende a responderle mensajes similares con su nombre y el nombre de ella, "Lalá- Lupe". Y ella se emociona enviándole una y otra vez esas señales.
Correspondencia virtual con su abuela Lalá

Correspondencia virtual con su abuela Lalá

Ni hablarles de los audios.
Quizás esté en la instancia de descubrir el juego, la gracia, la posibilidad y ya cuando se acostumbre, y la naturalice, no la use como viene haciéndolo.
De momento, envía audios del estilo...
A mi madre ¡en un mismo día!:
-Hola, soy Lupe, te quiero Lalá... Chau.
-Hola Lalá, te quiero mucho, quiero que vengas mañana a mi casa... si podés. Porque mañana juega Argentina.
-Hola Lalá, te quiero mucho, China está muy loca porque le dijo a Camilo que mami comió hamburguesas de caca y pis.
-Hola Lalá, te quiero mucho, ¿cuándo vas a estar conmigo? Quiero que estés conmigo. Quiero que me traigas muchas porquerías (léase: golosinas). Que vengas a mi casa y me traigas porquerías.
A mi padre (acá se sumó China):
-Gracias por los bolsitos... de Mickey Mouse en la casa de Mickey Mouse. Te queremos mucho... Y yo también... muá, muá, muá... Sos el papá de mami más lindo del mundo... te quiero mucho.
...
Algo de la instancia de grabación de su voz la empuja a decir "lo importante", a expresar lo que no expresaba NUNCA en una charla de teléfono.
También se emociona con las respuestas a sus mensajes, a -como ella los llama- "videos"
(Todavía no entiende que video no es audio y viceversa).
A una respuesta afirmativa de mi madre:
-Sí, queremos vernos en esta semana, gracias, Lalá. Te queremos mucho.
-Gracias por decirnos eso, y traenos muchas porquerías. Estamos muy locas.
-Gracias, Lalá, que nos vemos en esta semanita. ¿Nos podemos ver mañana, por favor?
-Gracias por lo que nos escribiste y por los videitos, Lalá.
A Camilo:
(Bueh, no voy a decir que los mensajes a Camilo generen ternura. Ya les advertí que mis hijas tienen cierta fijación con la escatología. Lo que no se lee en el mensaje es el tono que Lupe usó. Así escrito, el texto suena muy bobo. Cuando lo escuchás es igualmente bobo pero un poco gracioso...)
-Hola, Camilo... Mi mamá está lavando los platos y yo, cuando estaba... me tiré peditos, muchos pedos... hasta que vos te pusiste looooco.
...
Enternecerse.
Ternura.
f. Cariño, amor, amabilidad o afecto.
Así define "ternura" el diccionario. Eso inspiran los chicos cuando no hacen sino dar "cariño, amor, amabilidad o afecto".
Un cariño sin pose, sin rímel, sin base... un cariño verdadero.
...
De China hoy me enternece su nueva faceta creativa con cuentos.
No sé si fue su padre o el IVA (Instituto Vocacional de Arte) -quizás un poco el padre, otro tanto el IVA- pero estos días se le dio por escribir cuentos.
Se puso a escribir breves cuentos de monstruos. Escribió dos sola, el tercero lo escribió conmigo.
Vieran lo aniñada que se ponía cuando me los leía. Se ponía nerviosa.
Los tres cuentos

Los tres cuentos

Transcribo uno solo:
Había una vez tres monstruos que estaban en un laberinto secreto e iban de un lado a otro. Entonces, de dar tantas vueltas, se perdieron y encontraron un espejo mágico que les dijo dónde ir. Les dijo: "tiene que ir al sur, y después ir al norte. Pero tengan cuidado porque se pueden congelar". Entonces fueron y encontraron la montaña. La subieron y encontraron a un gigante. Se hicieron amigos con el gigante y jugaron todo el día. Fin.
Escribió los cuentos y los acompañó con dibujos:
Monstruo

Monstruo

Tres monstruos. Los protagonistas de uno de los cuentos

Tres monstruos. Los protagonistas de uno de los cuentos

Otro de los monstruos de China

Otro de los monstruos de China

Me enternece ver esas expresiones lúdicas, lúdicas y puras. Cuando no hay afán por competir, por ser mejor que otros, ni por aparentar ni por mandarse la parte (la madre sí se manda la parte).
Todos los padres algunas vez deseamos -en broma- que nuestros hijos no crezcan. Quiero decir, muchos alguna vez dijimos: "l@s guardaría en formol", por dar un ejemplo.
Pero si idealizamos la infancia, crecer pareciera ser un castigo, una desgracia.
Mi deseo profundo no es que ellas no crezcan, sino que ellas y todos los niños, los niños de cada familia, reactiven en sus adultos... -me tomo unos segundos para pensar la palabra- ¿su esencia? Que reactiven en nosotros la capacidad lúdica, la capacidad de asombro, de ignorancia, la consciencia de nuestra ignorancia... la capacidad creativa a pesar de ésta, y gracias a ésta.
Sonará como suene, pero sería contradictorio sofisticar-me en este cierre:
Que crecer no signifique perder nuestra esencia.
Que la infancia inspire, re-alinee, no para caer en el culto a los niños, sí para honrar la versión más vital, más libre, más amorosa... de nuestra condición humana.
¿Ustedes qué piensan? ¿Y qué tontería, gracia, ocurrencia tienen para contarnos de sus hijos?
Jugando a hacer una fogata

Jugando a hacer una fogata

Me encantó esta nena. Creo que la hizo Lupe

Me encantó esta nena. Creo que la hizo Lupe

PD: Que tengan un hermoso día viernes. Y como siempre, por taller o para escribirme por privado, me encuentran en FB.

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