Créditos: Ilustración by Diego Stigliano http://www.diegostigliano.com.ar
No sé qué escribir, me da miedo; este último tiempo me sucede que, si públicamente digo "estar así", ese día todo se da para que yo sienta justo LO CONTRARIO de lo publicado.
Sí, ayer no tuve un día para nada relajado. Y cuando escucho a mi marido (que no estaba un poco, sino muy retrasado), cuando lo escucho diciéndome, excusándose: "¡pero cómo, no era que a vos te ne fregaba el horario?!", en ese momento me dan ganas de cortarlo en pedacitos y comérmelo crudo. ¡Y de no volver a abrir más el pico, sobre todo!
"El ser es siendo", decían mis profes de Filo cuando empezaban a presentar el pensamiento de Heidegger. Y será un poco torpe de mi parte aplicar un concepto tan complejo a esta circunstancia, pero me nace ese recuerdo. Esa dificultad de congelar-nos en un adjetivo, en una palabra, cuando lo esencial de TODO ESTO es que se mueve y CAMBIA.
Tampoco debería andar fanfarroneando tanta calma, no? Bah, qué se yo. ¿Cuál es el límite entre lucir o expresar y ostentar o hablar de más? Qué complicado. Trato de ir fluyendo, de escribir lo que me baja. Pero a veces el agite del día a día no me da tiempo de procesar ALGO DISTINTO, o nuevo.
Seguro que fanfarroneo más de lo que acepta mi conciencia. Antes me mandaba mucho la parte con ciertos vínculos "importantes", me gustaba andar diciendo que era amiga de Fulano o Mengano. Sutilmente, nada grosero, pero esas estupideces eran parte de mi acerbo de logros o aciertos. Y en la facultad, por ejemplo, era la típica que levantaba la mano para formular la pregunta más intensa, por así llamarla. Porque además de ser muy estudiosa, era "astuta" y metía el dedito en la llaga, justo en ese lugar que más incomoda.
¡Qué pavota!
¿Y qué más? Nunca me jacté de mis adquisiciones materiales, quizás porque siempre fui relativamente despojada (salvo algún que otro año), ni tampoco de viajes, porque eran "naturales", algo que daba muy por sentado (papá piloto, ya saben).
Pero tampoco quiero andar jactándome de no jactarme. Fanfarroneando de cuán discreta y perfil bajo soy, no, no da. Además Uds. me conocen mejor que nadie y saben CUÁNTO me lleno la boca y me regocijo hablando de MIS HIJAS, jaja. Sí, perdonen. No es inseguridad en este caso, es algo que aprendí justamente con ellas. ¡A FESTEJAR LA BELLEZA! ¡VIVA!
¿Y Uds.? ¿Cuánto fanfarronearon o fanfarronean en sus vidas?
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