Empiezo por contarles la circunstancia que me tiró una pista de por dónde, de cómo encarar el post de hoy:
Estoy echada en mi cama, en unos 5 minutos de gloria en los que me permito hacerlo, después de una jornada de trabajo intensa, de lluvia, de trote, de amiga de hija en casa, de limpieza hogareña, etcétera. Y en eso hija mayor entra y camina hasta mi mesita, hasta la mesita de luz (esa misma que fotografié con taza y tetera). Y me pide:
-Ma, ¿me puedo llevar éstos a mi cuarto?
Tiene en la mano tres estatuitas chinas, tres chinitos, de color bordó, cada uno encarnado un rol o valor distinto.
-Sí, mi amor.
Y a los segundos vuelve, y va por más. Ya la escuché decirle a Ámbar, amiga: "voy a traer uno más grande".
-¿Y éste?
En esta segunda oportunidad me pide a Buda. También quiere llevárselo. Y aquí aclaro: Hija es fanática de decorar. Agarra mis pañuelos, mis chales y arma toda una instalación árabe... y en el medio, un Buda, por ejemplo. Y resulta que a eso estaba jugando con su amiga, a desarmar el orden establecido en la casa y reinventar uno nuevo (trato de limitarle el juego a su cuarto porque es capaz de darme vuelta los sillones de living, como alguna vez ya lo hizo).
Yendo al grano, cuando toma el Buda con sus manitos, la escucho reflexionar por lo bajo:
-Ah, éste es al que se le piden deseos.
¿Yo le habré enseñado eso? El caso es que al escucharla le tiro:
-Pedile deseos
Y para garantizarme un par de minutos más echada en la cama, hasta le sugiero que las tres (China, Lupe y Ámbar) lo hagan. A modo de juego.
Y desde ese momento la palabra "deseo" queda titilando en mi mente: "Deseo, deseo, deseo".
Pienso: hace tanto que no expreso deseos públicamente, como lo hacíamos hace un par de años. ¿Será el deseo el hilo o la lana que me permita tejer dos temas preferentemente masculinos que se respiran, que se estarán respirando a partir del jueves?
Día del padre, en menor medida. Arranque del Mundial.
No suelo tematizar las fechas comerciales, pero esta combinación, este combo findesemanal me parece que se lo merece.
Deseo, deseo, deseo.
Deseo, de corazón, que los padres, hoy, el domingo y siempre, sigan liberándose de viejos estereotipos... a la par de las mujeres... conquistando permisos, conquistando conexión con sus hijos.
No podría desearle otra cosa a un padre.
Que se sigan enamorando y nunca jamás dejen de enamorarse de la tarea que les fue encomendada. Que por nada del mundo se pierdan las chiquiteces de la crianza porque en esas chiquiteces "está la papa". Quiero decir, en ellas está gran parte del goce: en abrazar a sus bebés, en hacerles upa, en limpiarles la cola, en darles de comer, en darles la mano, en llevarlos al colegio, en jugar, JUGAR, JUGAR con ellos, en darles calidad de tiempo.
Y ya me siento dando la lata, así que paso directo al día domingo, que además de estar festejando el día del padre, estaremos mirando el primer partido.
A los indiferentes o alérgicos a la Fiera Mundialista: que les sea leve.
Al resto: que disfruten, no olviden que es sólo un juego.
Y ya... Por mi parte, día del padre no festejo (separada y padre viviendo en otra provincia). No festejo cara a cara, pero sí le deseo un muy feliz día a mi padre. A mi papito querido. Que cuando lea que lo estoy mencionando va a ponerse contento.
Respecto del Mundial, todavía no sé dónde miraré el partido. Todo indica, por horario y temperatura, que me quedaré en casa. Vamos a ver si pequeñas tiranas toleran la tele prendida sin sus dibujos, ya estoy empezando a mentalizarlas.
...
En fin:
¡Feliz domingo para todos!
¿Cuáles son sus deseos? ¿Para padres en general, en relación al Mundial o en relación a su vida, más allá de estos acontecimientos? ¿Cómo festejan el domingo?
¡Feliz día, papás! (por China)
PD: Como siempre, para contactarse por privado, me encuentran en inessainz@msn.com o en FB .
En esta nota: