
Me vestí cuidadosamente, tal vez demasiado, tanto que empecé a sospechar porqué lo hacía. Después, un dato que se me había pasado desde que se los conté por la mañana; El Turco. Sabía que había posibilidades de que estuviese en la fiesta.
Llegamos con Pedro (que casi tackleaba a las mozas por los canapés y calentitos) y nos instalamos junto a una de las barras. Pedro parecía un león examinando la manada de pobres cebras que pastaban tranquilitas.
-Aflojá, nene. Se te chorrea la baba por los colmillos.
-Lástima que no hizo más calor, como que se taparon todas un poco...
Pedimos los tragos de rigor y respiramos hondo como para que nos dure el aire toda la noche. Saludé a clientes, jefes, compañeros de trabajo, conocidos, desconocidos. Caminé con una de las chicas al baño y recién ahí lo vi. El Turco, en un grupo de gente me miraba con el costadito del ojo y disimulaba o eso me pareció a mí. Herida, puede ser, maleducada jamás. Me acerqué despacito, muy conciente de no resbalarme ni caerme (aunque no había tomado demasiado), lo agarré del brazo y esperé a que se diese vuelta.
-Turco.
-¡Sofi!
Nos dimos un abrazo primero un poco duro que después se aflojó. El Turco estaba lindo, más lindo de lo que lo recordaba, el olor, la ropa, el abrazo, todo tan familiar por momentos. Después nos desenredamos y nos quedamos agarrados de las manos así como haciendo "sillita de oro".
-¿Todo bien?
-Sí, Turco, todo bien.
-¿Vos?
-También por suerte.
¿Está todo realmente bien cuando decimos "todo bien" o es para salir del paso ante la imposibilidad de decir todo lo que tendríamos para decirnos? Nunca lo sabré, pero cuando nos soltamos las manos me fui sonriendo y creo que sí, que aunque fue uno de los golpes del año, con El Turco está todo bien.
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
