Antes que nada: gracias. Gracias a todos por sus palabras.
Estoy mejor. Si bien el cuadro –sobre todo el de Lupe- sigue, pasó el desborde, esa sensación de pesadilla que no acaba.
Me ayudaron ustedes. Más de lo que se imaginan.
Me ayudó un breve parate de ayer al mediodía en el parque. Paréntesis de sol y césped en el que pude escribirme: "qué bueno permitirse decir "angustiada". Qué alivio. Y de ninguna manera pienses que por expresarlo, perdés autoridad para luego seguir indagando con profundidad acerca de la vida (al contrario)".
"La Mosca Muerta (y sus consejos) sólo tiene sentido en la medida en que la mujer de carne y hueso, la Inés con todas sus contradicciones a cuesta, sufre, se angustia, se desencuentra".
También me ayudó una terapia, cómo llamarla... sui generis. La aconsejo para madres sin tiempo para salir a hacerse masajes. Tiré colchón en el piso del living, me tiré sobre éste (boca abajo) y le pedí a retoñas que me pinten con crayones la espalda. Sin asco. Aclaro que el dolor físico que ayer me estaba paralizando (impidiendo moverme) era una pelota de fuego incrustada en plenas dorsales.
Habremos estado unos 40 minutos así. Ellas haciendo sus dibujos, yo en silencio, respirando. Luego y por consejo de una de ustedes, vino la segunda parte. Llené bañera y les pedí que me limpien el mamarracho. China con duchador en mano, Lupe con el jabón, y el juego, ante todo, siempre presente.
Salimos con las manos hechas unas pasas de uva, sí, no podía ser de otra manera. Y mucho más livianas. Y para mi sorpresa, sin rastros de esa puntada (así de exagerado).
No canto victoria, estoy todavía en carrera, pero quería que sepan lo BIEN que me hizo leerla/os.
LO/AS QUIERO. Gracias de nuevo.
Bienvenidos los pensamientos libres, fáciles, tontos, sueltos.
PD: Los que necesiten escribirme por privado inetaller@gmail.com, y también pueden contactarme vía Twitter en @Ine_blog .
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