Últimamente vengo teniendo una particular paranoia: me persigo todo el tiempo con que soy una hinchapelotas. No importa si de verdad lo soy, porque por poco que diga o haga (jeje), ya me siento una pesada.
"Tengo que aprender a callarme la boca", me repetí una y mil veces, pero no hay caso, cuando algo o un tema me interesa, qué va, yo me explayo. Me explayo, o te escribo varios emails en un rato o te llamo varias veces en una hora.
No me sale -en esas circunstancias- ser discreta. Soy inquieta, insistente, un poco molesta, ¿hinchapelotas tal vez? Puede ser.
"¡Es que las mujeres son MUY hinchapelotas!", comentó ayer Martín a raíz de un tema que estábamos hablando (nada que ver conmigo, claro). Y por un momento creí que hablaba de otras menos de mí. Jajaja. ¡¡¡Pero sí!!! (concluí después de meditarlo). Démosle la razón a ellos: a Martín, a mi marido y a todos los hombres de este universo. ¡¡¡Somos así!!!
Perdonen, chicas, que las incluí, pero siendo muy honestas consigo mismas, ¿quién de Uds. puede no llamarse "hincha"? Por supuesto que hay múltiples significados bajo un mismo nombre, pero a grandes rasgos, la esencia pareciera ser la misma (no creen?)
(¡Incluso la etimología de la palabra nos deschava! Jeje)
En fin, ¿cuán hinchapelotas se sienten en sus vidas? ¿Se reconocen un poquito obsesivas o "controladoras", o qué? ¿Con qué hinchan a sus maridos y a sus crías? ¡¿En qué momentos Uds. son las que se sienten hinchadas?!
PD: ¡¡¡A todas, muuuuy buen fin de semana!!!
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