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"Ina acá no"




El primer día de clases fue muy emocionante, sobre todo la previa (si las hubieran visto a mis nenas, todas emperifolladas), pero me dejó agotada, con la lengua afuera.
Bueno, sí, saben que exagero... El punto es que tuve 2 (dos) actos... con sus respectivas canciones (himnos y canciones de niños), con los juegos de integración para padres e hijos (me tocó 2 veces hacer animales con papeles de diario, a puro bollo), con todo el barullo clásico.
La que me enterneció mucho fue Lupe, que en toda la primera secuencia (que correspondía a las salas de 3 a 5) no quería despegarse un segundo de China. Una enana colada entre los mayores, sentándose en el piso cuando las seños lo indicaban, aplaudiendo, moviendo sus manitos según la coreografía, etc.
Pero el momento más anecdótico -e incómodo- vino una hora y media más tarde, cuando ya China se había ido a casa con Fede, hace rato... Lupe y yo nos habíamos quedado en la segunda secuencia de bienvenida con el resto de padres y nenes de 2 años... y finalmente entramos al aula... tirana se sentó en una sillita, en una de las 3 que estaban puestas y en eso, zas, no me pregunten cómo (Dios quiso que justo me distraiga), echó a la nena sentada en la silla de al lado, al grito de: "acá Ina, acá Ina!" (acá China, acá China).
"No, Lupe, dejala... Dejala sentarse ahí. Además, China no está acá, se fue con papá a casa". Así que luego, a los minutos, cuando esa misma nena (¿u otra?) se acercó de vuelta, ella se encargó de avisarle: "Ina acá no, Ina papá, Ina papá."
A raíz de esto el otro día pensaba: si bien el jardín, el hecho de que Lupe este año se sume a la caravana, en un punto las aúna todavía más (insisto, si hubieran visto esa imagen inicial de ambas con sus mochilas y pintorcitos, imagen que no pude fotografiar porque el domingo se me rompió la cámara, buuu)... pero en otro sentido, y para bien, las va a separar. China ya está acostumbrada, sí, pero para Lupe todo es nuevo (enhorabuena); venía muy cómoda en su rol de hermanita menor y con esa casi "autosuficiencia familiar".
Para coronar la jornada: ya en la calle, cuando volvíamos, la salvaje empezó "caca, caca" y yo, "uh, Inés, agarrate". Así que improvisé sobre la marcha, le bajé las calzas... y ella, como si nada hizo pipí sobre la tierra... "Ya tá pipí, ya tá".
Hoy empieza la adaptación seria, pero le tengo mucha fe a la localinda, no creo que la cosa se extienda mucho más (de una semana).
¡Cuéntenme ustedes cómo vienen estos primeros días!
PD: El domingo es mi cumpleaños y voy a estar juntándome con varias de las chicas que acá comentan. Las que quieran sumarse, están invitadas. Escríbanme a mi email (inessainz@msn.com),

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