
Liberadadas, desconcertadas, meditativas y cholulísimas, así estuvimos estos últimos días. "Multifacéticas" deslizó ayer Ana y yo hoy propongo otro adjetivo: integrales e integradas (a la vida). Sólo la mente fanática se autoexcluye y separa.
"No sos la misma de antes", ayer mi marido bromeaba. Es que se me dio por almorzar salchichas y él no daba crédito a mis palabras. Pero bué, comer sano no implica que cada tanta una no quiera un pancho. Meditar un poco no significa desconectar de los otros. Tener un interés espiritual tampoco implica no trabajar por el pan. Del mismo modo, ser mamá (tema que nos compete acá), tomar la decisión de embarcarse en ese viaje, no significa dejar de tener algunos rayes.
Alcanzar la madurez, por lo demás, es un proceso lentísimo que, en el mejor de los casos, termina con el propio camino.
La vida es errática y tiene muchas caras. Queremos permanecer en ella de cualquier manera y en la medida de lo posible, "vivirla como dios manda". En esa búsqueda abrimos interrogantes y ponemos etiquetas. A tientas.
Como papis, queremos lo mejor para nuestros hijos, que muchas veces se traduce en "algo mejor de lo que nosotros mismos vivimos". Pero no sabemos demasiado, vamos improvisando y aprendiendo (lo que venga). Y muchas veces, en ese afán loco de querer "algo mejor", olvidamos que ya somos y tenemos un montón.
Hoy propongo que celebremos y agradezcamos ese "mientras tanto" que seremos por un rato. Yo agradezco este espacio, una vez más (¡que el domingo ya cumple 5 meses!), a la gente de OHLALÁ! por habérmelo abierto, por darme TANTA LIBERTAD al respecto. Agradezco ser una persona vital, ser mamá de las dos MARAVILLAS que tengo de hijas. Agradezco la abundancia en general, tener casa y abrigo y poder cenar todas las noches algo rico.
Y Uds. ¡¿Se animan a dar las gracias?! Muy buen finde a todas y todos. Como siempre, los voy a extrañar.
PD: La semana que viene, nos ponemos al día: mural de dibujos y una sorpresita.
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