El sábado, como les había adelantado, fui una vez más al Buenos Aires Market. Aunque de a poco empiezo a conocer algunos de los productores, siempre es interesante ver nuevas opciones y probar otros alimentos orgánicos, además de los que puedo encontrar en las dietéticas. Estaba fresco y era el día del periodista, así que me abrigué bien y aproveché para festejarlo de la mejor manera. (¡Muchas gracias por los saludos!).
Todavía quedaba mucha gente cuando llegué. En la Plaza Unidad Latinoamericana, en el barrio de Palermo, alcancé a hacer una recorrida y sacar fotos mientras el sol de la tarde empezaba a desaparecer.
Setenta puestos y más de seiscientos productos.
Precios y promociones
Encontré los kiwis deliciosos de Mercedes. El establecimiento se llama Kiwi y Champignon
Uno de los puestos más coloridos: Ricco.
Finca Cave Canem. Aceites, aceitunas, salsas, mermeladas, vinos y licores.
Que nunca falte el momento dulce.
A las 17 horas me acerqué a la carpa amarilla para escuchar la charla de Flor Petrazzuoli sobre alimentación consciente. Ella me había contado que durante 3 años tomó cursos y seminarios de ayurveda, tantra y yoga, y que ahora siente que tiene ganas de seguir aprendiendo y compartir también su aprendizaje. Por eso armó un blog " Enjoy la vida " con sus clases de cocina y nutrición que van más allá de hablar sobre recetas, apuntan a una cuestión integral en la que incluye hasta notas sobre meditación y astrología. Y como somos varios los que andamos en una búsqueda similar, me pareció interesante difundir algunas de sus ideas.
Flor comenzó con la propuesta de pensar en los alimentos dentro de la naturaleza, a imaginarnos la espiga de trigo que consumimos, a entender por qué es mejor que sea integral. Explicó que el alimento integral es el que conserva todas sus propiedades nutritivas. "Cuando incorporamos ese grano de trigo también incorporamos la información que recibió, la lluvia, el sol, según la estación en la que estuvo creciendo. En todas sus capas tiene hidratos de carbono, vitaminas, minerales, fibras, grasas, que nos aportan nutrientes y que cuando llegan a nuestro cuerpo en forma de harina, de trigo cocido, también nos aportan su información genética completa, energía que despierta nuestro cuerpo, una energía de sanación". Por eso piensa que es importante elegir con conciencia, y hacer el trabajo de analizar entre tanta publicidad y packaging, de dónde vienen los alimentos, volver a activar el mecanismo de vincularnos a la tierra.
Porque según Flor, desconectarnos de la tierra es lo que nos hace mal como sociedad.
Cuando consumimos alimentos integrales el cerebro recibe la información de estímulo regular, equilibrado. Por eso, con un hábito de consumo diario, empezamos a pensar mejor. Las emociones se asientan, el cuerpo empieza a eliminar las toxinas y se regula el tracto intestinal, se siente más saciedad, se calma la cabeza, y nos sentimos mejor.
Al contrario, en los refinados (azúcar, harina, arroz, sal) en el proceso industrial se van perdiendo todos los nutrientes. Conservan los hidratos de carbono, que también dan energía pero sólo por un momento. Lo explicó con un ejemplo que es aplicable a muchas de nuestras comidas. "Un alfajor, que es un producto pero no un alimento, es una bomba blanca. El cerebro registra esa cantidad de azúcar en sangre como un subidón y un peligro potencial porque el cuerpo tiene que bajar estos niveles de glucosa que nos vuelven a dejar con poca energía".
El problema, opina, es que culturalmente nuestra oferta es toda refinada. Pastas, medialunas, arroz, todo el tiempo tenemos subidones y bajones de energía. Estamos acostumbrados, así alimentamos a nuestros niños. No nos damos cuenta de que nos adaptamos a productos que tienen calorías vacías, generan energía pero no tienen nutrientes.
¿Y por qué pasa esto? Porque conviene. El alimento desprovisto de sus capas dura más tiempo, se conserva mejor. "Por eso duden, si algo les dura cinco años, duden".
Para terminar, nos invitó a probar los alimentos integrales, experimentar y descubrir cómo nos sentimos, de a poco, como un proceso. Que escribamos lo que comemos y lo que sentimos después de eso. Registrar lo que el cuerpo nos dice. Que la experiencia nos guíe.
Charla de Flor Petrazzuoli en Buenos Aires Market.
Muchas gracias Flor Petrazzuoli por compartir los conocimientos y, más que nada, por la reflexión. En la página tienen el contacto, espero que les guste y les sea útil.
¡Hasta el jueves!
Kariu
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