Tengo un resfrío de locos, chicos. ¡Esto sí es aburrido! No puedo hacer nada porque todo el tiempo me cae agua. Y tengo que andar limpiándome las manos a cada rato, es muy incómodo.
"La experiencia no consiste en lo que se ha vivido, sino en lo que se ha reflexionado". Aquí la frase de Marcela, o mejor dicho, la frase que Marcela cita esta semana. Estoy perdida. Experiencia, reflexión. Todo hace agua. Yo hago agua, tengo la idea fija, perdón!
Vamos a intentarlo. Yo diría mejor que la experiencia no es sólo lo que se ha vivido, sino lo que se ha vivido y reflexionado. Y rescato la vivencia porque la reflexión sin ella, sin una materia prima, sin un contenido real, se vuelve a veces un poco irresponsable y otro tanto imprecisa. A mí me pasa. Siempre que empiezo a generalizar, hago stop y vuelvo a primera persona (del singural). No sé siempre, pero las más de las veces.
Y es cierto que la instancia de la reflexión le da profundidad a la vivencia. Está bueno salirse de escena y ponerse a mirar la vida desde afuera. Con ánimo de indagar, de entender un poco más esas escondidas que -a veces- jugamos con nosotro/as mismo/as. Creo que para esto es necesario tener la mente muy abierta y dejar todas las verdades ya construidas o "descubiertas" a un lado. Lo cual no es fácil. Muchas veces noto que la gente más que reflexionar, debate. Que sale a defender con fuerza sus verdades, en lugar de abrirse a nuevos hallazgos. Debatir es lindo, pero recién cuando tengo las cosas claras, puedo salir a defenderlas con la espada.
Pero la claridad no siempre es intuitiva o instantánea. A veces requiere trabajo, errores y sobre todo cooperación. El vecino, la pareja, tus padres o el analista pueden apreciar tu vida -tus repeticiones, tus dolores- desde un punto de vista distinto, que no necesariamente se enfrenta al propio, sino que lo complementa... Sí... Yo nunca tomo las palabras ajenas al pie de la letra, pero de algún modo siempre les doy pelota. Son un hilito del cual tiro para volver ver el problema, con mis propios medios, pero en lo posible (¡en lo posible!) de una manera novedosa.
En fin: ¿qué lugar tiene la reflexión en sus vidas? ¿Cómo, cuán seguido y con quiénes la practican? ¿Cuándo la evitan? ¿Cuánto les ayuda, cuánto les complica?
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