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Coincido con la elección del Museo de Bellas Artes de Buenos Aires entre los favoritos. Es un gran museo con importantes colecciones. Pero humildemente recomiendo el Palazzo Barberini, en la Vía Della Quattro Fontane, en Roma. Fuimos con mi hija cuando estaba por cumplir sus 15 años. Era un día de insoportable calor en Roma, caminábamos por esa calle casi sin aliento cuando lo vimos. Detrás de unas rejas y de un jardín. Paula inmediatamente quiso entrar y allá fuimos. Fue una experiencia inolvidable por varias razones. Primero porque estábamos casi solas en medio de un palacio de una belleza indescriptible. Segundo porque alberga obras maestras de la pintura italiana como La Fornarina, de Rafaello, y varias obras de Caravaggio. Tercero porque se puede disfrutar de sus jardines por toda una eternidad, en silencio, llenándose el alma con tanta belleza. Se los recomiendo.

Difícil elegir un museo en el mundo. El Louvre es impresionante, aunque también es demasiado. La primera vez que fui hice la visita exprés pasando por las obras más conocidas, como La Gioconda, La Victoria de Samotracia, La coronación de Napoleón, etcétera. La segunda vez le dediqué un poco más de tiempo. Es bueno ir los días que cierra más tarde para no perderse un día de París, pero igual me agotó, aunque pude recorrerlo todo incluyendo los apartamentos de Napoleón y los subsuelos donde están los cimientos del viejo castillo. Al Met, de Nueva York, no pude dedicarle tanto tiempo y me faltó recorrer mucho, pero es impresionante porque además de arte antiguo tiene algo de arte y diseño contemporáneos, lo que lo hace más atractivo aún. Me encantaron las salas dedicadas a las artes decorativas, especialmente la de Wright. En Londres, el British es como una lección de historia y la Tate es como un oasis con sus enormes salas mucho más despojadas que las de los otros museos.

En 2010 visité el museo del Quai Branly, una auténtica sorpresa no sólo por su contenido, sino también por su audaz y moderno diseño. Imposible dejar de ir cuando se está en París. El museo del Quai d'Orsay sigue siendo otro clásico, como el Centro Pompidou, atracciones maravillosas de la siempre tradicional y renovada Ciudad Luz.

Dejando de lado los clásicos Louvre, el British Museum, el Met (que son magníficos), hay que destacar la experiencia de recorrer todos los museos de Washington, absolutamente gratuitos, y que abarcan los temas más diversos, y otro lugar es la casa-museo de Dalí en Figueres, que si bien no es lo mismo que hace años (fui tres veces con diferencias de años y cada vez le faltaban más piezas), ya la estructura del edificio y la escultura al frente merecen llegar.