Estás siendo testigo de una bisagra en su vida: todo cambio profundo, moviliza los esquemas
Por Carolina Esses
¿Qué fue de ese chico tranqui con el que mirabas una peli tirada en el sillón comiendo del mismo pote de helado? ¿En qué momento se empezó a ocupar de su alimentación y a obsesionar con su cuerpo? Se cuida, quiere tener más sexo, se volvió nostálgico y, si todavía no la tiene, ya está viendo qué moto comprarse. Lo mirás perpleja, ¡¿qué le pasó a tu gordito que no lográs seguirle el ritmo?!
No te rompas la cabeza intentando descifrarlo. Te la hacemos fácil: cumplió 40. Estás siendo testigo de una bisagra en su vida, pero, como todo cambio profundo, moviliza los esquemas... ¡de todos! Aquí, un par de tips para entenderlo y encontrarle la vuelta antes de recurrir al divorcio
1. Quiere tener sexo todos los días (y probar cosas nuevas, muy nuevas)
Te acerca la pantalla del iPhone y te muestra unas posiciones que jamás viste en tu vida. Y unos sex toys que definitivamente no son el clásico patito. No te va a aceptar que se desveló leyendo un artículo online que aseguraba que en algún momento de su vida su nivel de testosterona iba a empezar a decaer. Así que se propuso refutar la teoría del portal de sexo del que se hizo habitué. La realidad es que, aunque en algún momento el deseo masculino sí va a empezar a decrecer, ese momento está lejos, muy lejos, del presente. Él, por las dudas, se adelanta y te encara en cuanta oportunidad se le presenta. Sí, qué lindo, qué fogoso, pero que nos dé un respiroooo.
2. Se le dio por el deporte
Mirás la biblioteca y ahora hay una pila de libros de running...¡se volvió un runner total! - Créditos: Corbis
Antes hacía deporte, es cierto. Cuando se armaba partido en un asado, cuando alguien le acercaba una raqueta. Por eso cuesta entender este fanatismo. Sale a correr tres veces por semana, lee todos los libros que hay sobre running; se atrinchera al lado de la cancha de fútbol de sus hijos gritando como un salvaje, que vamos, que pateen, que hay que meter el gol. Te encontrás sola en casa –a esa hora divina en la que hay que ocuparse de los chicos– dos, tres veces por semana. Empezás a dudar: a ver si tiene una amante y no te diste cuenta. Pero no. El hombre necesita sentir que está en su mejor momento: ¿5 km? ¡Nooo, vamos por el Iron Man! Y vos... En fin... Estás más para salir... a ver vidrieras.
3. Organiza programas cada noche
El lunes fueron al cine; el martes, a comer con amigos; el miércoles, a la inauguración de una muestra; el jueves...Para colmo, en cada salida se encuentran con otros iguales a él: hombres empecinados en pedir otra copa de vino, en ir a tomar un par de cervezas después del cine. Mientras, mirás el reloj haciendo la cuenta mental de las horas que te quedan para dormir. Para colmo, a la mañana siguiente está fresco como una lechuga, afeitándose con la radio prendida y el desayuno ya listo. Pero este maratón de salidas termina abruptamente cuando empieza a somatizar el cansancio y aparecen dolores de cabeza, contracturas musculares (ir al punto 7, ¡ja!) que lo hacen irse al extremo opuesto: ahora hay que cuidar cada minuto de sueño. Ya le llegará la hora de equilibrar.
4. Está en crisis con su trabajo
Los 40 vienen con balance incluido. De hecho, hay quienes hablan de una posible crisis de identidad. Tu chico mira hacia atrás para ver qué es lo que logró; y mira hacia adelante para ver qué es lo que todavía le falta. Y muchas veces el lugar que ocupa en su profesión puede no ser el que soñó cuando recibía de manos del decano el diploma con honores. Entonces, se desvela, saca cuentas: ¿y si se la juega y arranca en forma independiente? ¿Y si empieza a hacer circular su CV por algunas consultoras? Lo ves deambular taciturno por la casa después de cenar, con poquísima tolerancia, masticando una decisión que todavía no se anima a verbalizar. Aquí no hay recetas. Si es momento de arriesgar, solo él lo sabe. Pero es clave acompañarlo.
5. Quiere saldar cuentas pendientes
Se da cuenta de que, en realidad, lo que siempre quiso fue estudiar Filosofía. O sánscrito. Pero, claro, no era redituable. "No quiero quedarme con las ganas", te dice mientras toman un té verde. Al día siguiente, aparece con los formularios del CBC y cambia el maletín por un morral. O se le da por los viajes. Quiere ir al Amazonas, recorrerlo en canoa. Si no tuvo hijos, quiere tenerlos; si ya los tuvo, ¡ni le hables de tener uno más! Algo de razón tiene, el tiempo –queramos admitirlo o no– pasa. Y, salvo que ese pendiente sea ir a recorrer el mundo de mochilero acompañado solo por su perro labrador, lo entendemos: nada peor que sentir que no nos dimos la oportunidad de cumplir nuestros sueños.
6. Vuelve a los amigos de la infancia
Si tu hombre invita a sus amigos de la infancia a tu casa, preparate...hay otros como él que también están cambiando de década - Créditos: Corbis
Claro: si él cumple 40, en algún lugar del mundo hay otros como él que también están cambiando de década. Así que preparate: tu hombre está invitando vía Facebook a todos sus compañeros de la secundaria a un maratón de juegos el viernes en tu casa.Mientras uno baja todos los capítulos de V, invasión extraterrestre, empieza a sonar Duran Duran a toda máquina y algún otro saca de una mochila un cubo mágico, un par de GI Joes y un Simon. De algún insólito lugar sacan latas de Mountain Dew y empiezan a repartir alfajores Dieguito Maradona. "¡Basta de retro!", decís. Pero tecnología mata revival y, a la hora de jugar, entre el Atari y la Play 4, ni lo dudan. ¡El tema va a ser hacerlos abandonar el sillón del living!
7. Se le da por "estar bien" y se vuelve obse con los chequeos médicos
Entra en pánico si un dolor de cabeza dura más de la cuenta y apenas siente un tirón te pide que lo acerques a la guardia. Por tu casa empiezan a desfilar análisis de laboratorio, radiografías, órdenes médicas. Se convirtió en una especie de guía médica viviente y lo sorprendés intercambiando datos con amigos por teléfono: que un buen masajista, un odontólogo que es un capo en blanqueamiento, que quién conoce un buen homeópata. Un día, se pone a evaluar los pros y las contras de volverse vegetariano para concluir que lo suyo es la alimentación consciente. Entonces, barre con el Nesquik y las galletitas de chocolate. En fin, se vuelve un fanático saludable.
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