Como lo conté en algún momento, este año comencé a cursar la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria porque me interesaba conocer algo más acerca de la parte política del asunto. Mi interés no es nuevo, mientras estudiaba en la Facultad tuve la oportunidad de escribir para su agencia de noticias acerca de los movimientos sociales de otros países y la necesidad de garantizar el derecho a los recursos para la subsistencia de sus habitantes. Me acuerdo que Cambiar la tierra, cambiar el mundo fue un artículo que me marcó porque significó aprender sobre una situación que me resultaba ajena hasta ese momento.
Por eso creo que es importante que más gente sepa sobre lo que ocurre en nuestro país y tal vez no se difunde o no se le da la trascendencia que tiene. El 12 de junio, mientras mirábamos el inicio del Mundial y criticábamos el playback de Pitbull, Jennifer López y Claudia Leitte, se daba a conocer que se había aprobado en Córdoba la "Ley de Convivencia Ambiental" que le pone un nuevo marco legal a las actividades industriales en la provincia. A través de ella se incorpora un ordenamiento ambiental de territorio para asegurar el uso adecuado de los recursos ambientales, se hace obligatoria la evaluación de impacto ambiental antes de otorgar la licencia ambiental, y la realización de audiencias públicas en forma previa a cualquier resolución.
Todas estas medidas suenan lógicas. Entonces, ¿por qué hubo veintiséis detenidos ese día? ¿Por qué hubo represión policial y heridos?
Manifestación en la Legislatura de Córdoba - Créditos: Diego Roscop
En Córdoba desde que se empezó a construir una planta de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas, hubo manifestantes que acamparon en el lugar como forma de protesta contra su instalación definitiva. El día en que se votaba la ley muchos vecinos y activistas habían viajado hacia la Legislatura. El proyecto contó con el apoyo de la Universidad Provincial de Córdoba, fue votado por todos los bloques excepto el Frente de Izquierda, y hubo una abstención del Frente para la Victoria. Hasta ese momento se había mantenido oculto parte del contenido del proyecto enviado por el gobernador José Manuel de la Sota pero ya desde antes había oposición de agrupaciones ambientalistas.
Por un lado se argumentaba que la posibilidad del ordenamiento ambiental por regiones podría abrirle las puertas a la multinacional. Por otro, se hablaba de irregularidades o de poca claridad en la redacción. Según el doctor Medardo Ávila Vázquez, integrante de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados (REDUAS), "se trata de una declaración de intención y deja todo librado al accionar de la Secretaría de Ambiente que hasta ahora es una repartición que no reconoce la Ley de Ambiente Nacional y que ha dado autorizaciones sin ningún tipo de fundamento técnico, como ha pasado con Monsanto".
Soledad Barruti en "Mal comidos" , cuenta que existen 3600 pesticidas usados en Argentina y sus efectos no fueron probados como se debería, a mediano y largo plazo. Cita un informe del ingeniero forestal Claudio Lowy de RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista), "Agroquímicos, normas infames" en donde dice que la toxicidad de un producto se evalúa según la Dosis Letal 50, (qué cantidad de veneno hace falta para matar al 50 por ciento de un grupo de ratas de laboratorio sobre las que se testea el producto). Significa que todo agroquímico que cause daño pero que no mate a la mitad de la muestra de ratas se considera que no es peligroso.
La instalación de la planta de experimentación de maíz transgénico de Monsanto podría significar no sólo ataque a la biodiversidad y a la fertilidad de los suelos, sino la expansión de una empresa cuestionada y cuyo maíz está prohibido en ocho países de Europa, además de un problema de contaminación ambiental para la zona y una continuación del modelo de producción de alimentos que aportan una dosis de agroquímicos a nuestro organismo.
Maíz transgénico - Créditos: Corbis
En el documental francés "Nuestro Veneno Cotidiano" se muestra cómo en la denominada Revolución Verde se aumentó el nivel de productividad agrícola después de la Segunda Guerra Mundial, lo que constituyó un cambio en las técnicas de cultivo y benefició a empresas como Monsanto que se metieron de lleno en la fabricación de pesticidas y fungicidas que permitían eliminar las plagas y multiplicar las ganancias. La clave estaba en la elaboración de semillas que fueran resistentes a esos tóxicos. Desde ese momento cambiaron las reglas del juego. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año de 1 a 3 millones de personas son víctimas de intoxicación aguda por los pesticidas y más de 200 mil mueren por ello. Cáncer y patologías neurodegenerativas como Parkinson son comunes entre las víctimas que trabajan o se acercan a estos venenos.
Documental "Nuestro Veneno Cotidiano":
¿Habrá que seguir acumulando pruebas para demostrar que ese modelo de negocio tiene que cambiar?
Espero sus opiniones en kariu2enverde@gmail.com
Muchas gracias por los comentarios del post anterior.
¡Abrazos y buen martes!
Kariu
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