Nunca tuve crisis en relación a la cantidad de años cumplidos (o por cumplir). De hecho, este es un dato con el que casi no me identifico, a tal punto que más de una vez me preguntaron por mi edad y tuve que pensarlo.
Sí tuve crisis -este año- cuando tomé consciencia del paso del tiempo, de cuánto había crecido... y fue entonces que me dije: "que los años no sólo sean patas de gallo". Fue asumirme mujer, en un sentido profundo y asumir la autoridad para decir lo que pienso, sin filtro. Para valorarme, para seguir haciéndolo (y que el mundo termine de enterarse de ese movimiento).
Por lo demás, más allá de unas cuantas canas indiscretas y una piel no tan rozagante como la de mis hijas... física y vitalmente me siento, como diría mi abuelo, "hecha una piba".
Y ojo, no es que quiera parecerlo. No. Me gusta que me reconozcan como madre y sobre todo como persona con experiencia de vida. Me gusta sentirme profunda, firme, incluso estricta, incluso frágil, incluso antigua. Pero en lo que respecta al cuerpo, me siento limpia y fresca... y a mi niña (la de adentro) más activa que cuando era chica.
¿Conclusión? Se me vienen esos titulares de revista del estilo "nunca me sentí tan sexy como a los XX" (juá) pero como todavía guardo recato, oh, sí, sí... apenas arriesgo un tímido "me sientan bien los años".
¿Y a ustedes? ¿Crisis de los 30 o 40? ¿Cómo viven el paso del tiempo? ¿Cómo se sienten frente al espejo? ¿Qué conquistaron y qué abandonaron?
Haciendo volar a Lupita
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