Son pasadas las 10 de la mañana, tengo todos los pelos parados y tipeo concentrada en el bar de la esquina porque hoy es el cumple de mi chiquita y quiero entregar todo A TIEMPO y dejarme libre la tarde para irme de festejo.
Hoy no quiero consignas, sino felicitarte, Lupe, por todo lo que estás creciendo.
Y reconocerte, que todos te reconozcamos, que sin VOS nunca hubiera existido este momento. Seguramente hubiera habido otra mamá, otra embarazada, OTRO cuento. Pero para que esta puerta se abra, el blog, las tiranas, Marido que viaja, los encuentros, las miles de reflexiones diarias, fue necesario que te caigas en el mundo, así como lo hiciste, de sorpresa y callada.
Cuando supe de tu existencia intra-uterina, me agarré la cabeza, esa foto poco publicitaria, recuerdan? Y salí a comprar algo a la papelera. En el camino me crucé a Melanie, que me tiró aquéllas palabras, "y esto recién empieza."
Esto recién empezaba. Y todavía, por mucha vida corrida, todavía sigo sintiendo que en parte somos pequeñas y nos queda un siglo por delante, una vida, muchas vidas, mucho aprendizaje, cosquillas, anhelos, secretos, caídas, letras, abrazos, comidas, mariposas en la panza, lágrimas y penas.
Todavía estamos en pañales, pichona, ambas, todas, todos, el mundo se recicla y nosotros, a cada instante, a cada minuto (eterno), descubriéndolo boquiabiertos.
GRACIAS, chico/as del blog por todo lo lindo que son y escriben.
Y FELIZ PRIMER AÑO, mi vida, mi amor, mi reina, mi cielo, mi chiquita, mi tirana divina, discreta, discretísima, delicada, sensible, maestra y sobre todo AMIGA.
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