Créditos: Corbis
Por Juan Yesnik
Especial para RevistaOHLALA.com
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Son varias las parejas que llegan al consultorio con la confesión, tal vez, más frustrante o vergonzante: "No podemos tener sexo". Estamos hablando de matrimonios, concubinos o novios que no han podido practicar el coito con penetración vaginal, si bien lo han intentado, sin éxito, por algo más de cuatro o seis meses.
El período de tiempo es una determinación arbitraria establecida por los expertos. Así como creen que no deberían pasar 4 o 6 meses sin haber concretado la penetración, estiman que la pareja debería intentar el coito con la regularidad de, al menos, una vez por semana.
Lo cierto es que las parejas pueden tener juegos sexuales que los lleven al orgasmo, pero, la "no penetración" (la "no consumación del acto sexual") es un trastorno que, tal como lo considera la Justicia y la religión católica, puede ser motivo de anulación civil y religiosa del matrimonio.
Cada pareja es un mundo y existen muchas variables psicológicas, psiquiátricas, culturales y ambientales que determinan las causas del trastorno. Ante todo se deben descartar cuestiones clínicas u orgánicas de base: en el hombre, la impotencia sexual o eyaculación precoz ("ultrarápida" o antes de penetrar) y, en la mujer, el vaginismo o dispareunia (dolor en el coito).
Si bien estos suelen ser disfunciones tradicionales, las parejas pueden estar atravesadas por un sinfín de otros factores: miedo y fobias a penetrar o ser penetrada, escaso deseo sexual, historias de violaciones o abusos sexuales, etc.
Muchos llegan a la consulta recién cuando están interesados en tener un hijo. De hecho, apelando a la cultura y las normas, el término "matrimonio no consumado" o "matrimonio blanco", proveniente de la literatura jurídica y religiosa, privilegiaba el objetivo copulativo-procreador y solía descalificar a las parejas que "no hayan logrado un buen desempeño sexual".
Así como hay quienes han pasado más de 10 años "sin consumar el acto" y luego de superar el trastorno pudieron tener un hijo, hay otros que han llegado a concretar la descendencia sin haber logrado la penetración. El doctor Adrián Sapetti, psiquiatra y sexólogo, cuenta haber tenido varios casos en los que "ellas han tenido hijos por cesárea y seguían siendo vírgenes, porque sus parejas les habían eyaculado en la puerta de la vagina abierta y lubricada, sin penetración".
Sea la búsqueda del hijo o cualquier otra prioridad, lo importante es que las parejas se atreven, cada día más, a buscar ayuda para llegar a un diagnóstico y tratamiento eficaz. Algo importante a tener en cuenta es que, más allá de que la "no consumación" sea por cuestiones propias de la mujer o del hombre, el "asunto" es de la pareja y se debería resolver "en pareja". Excepto que no se concrete la penetración porque una de las partes no desea al otro o considera que no vale la pena seguir juntos, todo se resuelve cuando los dos están dispuestos a "llegar al encuentro".
Para los amantes de las cifras, se cree que el 2% de las parejas padecen de este trastorno y, según los sexólogos expertos en el tema, suele haber solución de los casos en no más de 15 sesiones. En algunos casos ha bastado con un solo encuentro. En un estudio del Centro de Educación, Terapia e Investigación en Sexualidad (CETIS) , de la ciudad de Buenos Aires, los autores describen un método en el que, en una sesión intensiva y prolongada, han logrado el objetivo con un 96,5% de resultados exitosos. Los autores de este trabajo consideran que "el MNC (matrimonio no consumado) debería ser considerado como una nueva entidad clínica, y distinguirse de las tradicionales disfunciones sexuales".
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