
Me quiero enamorar pero de verdad
Si te aburriste del picoteo emocional y dijiste "listo", ponete en marcha y activá tus ganas de amar.
15 de marzo de 2016

Créditos: Ilustración Maite Ortiz
¿Qué pasa cuando internamente sentís que "estás para algo más" que un picoteo emocional? Cerrar el ciclo del "toco y me voy" para abrir otro nuevo, donde puedas construir un vínculo real con otro. Tener un compañero al lado implica también un trabajo interno de honestidad con vos misma que hay que estar dispuesta a hacer. Porque, en definitiva, enamorarse también es una decisión.
¿Qué soltar?
Digámoslo: a veces, en el fondo, da fiaca saber que vamos a tener que invertir algo de nuestro valiosísimo tiempo en construir un vínculo con alguien. Vivimos también en una sociedad en la que el esfuerzo está un poco desvalorizado. En la que si no es muy fácil, es preferible que no sea. Pero poder correr algo de ese ego y ponerle garra a una pareja, a la larga, también trae beneficios.
Pero hay otra renuncia aún más profunda, que es la de la pasión narcisista del enamoramiento. Seguro la conocés bien, porque es casi una droga que amamos consumir. Muchas veces, somos nosotras mismas quienes no nos bancamos ese "pasaje" natural hacia otro estadio.
Preguntate: ¿estás dispuesta a vivir con menos vértigo? Sos vos la primera que tiene que decidir si te querés bajar de la montaña rusa.
¿Cómo activar?
Decretalo y comunicalo: A veces, cuando alguien nos pregunta si estamos solas, arrancamos con un derrotero de quejas del estilo "los hombres son todos un desastre" o "a mí nunca me va bien en el amor". La otra que pasa es que tenemos miedo de que si lo decimos en voz alta ("quiero enamorarme"), aunque sea a nuestro círculo de amigas y/o conocidos, los hombres huyan despavoridos (cuando en realidad, si te querés enamorar, ¿qué mejor que darles el pie para que se vayan autofiltrando solitos los que no estén dispuestos?).
Revisate internamente: Muchas veces, detrás de la imposibilidad de encontrar el amor, se esconde una personalidad demasiado controladora, a la que le cuesta someterse al riesgo que implica unirse a otra voluntad. O una persona con demasiados miedos y exigencias al respecto. El trabajo interno también será pensar cómo querés que sea ese vínculo, para que vos sientas que podés respetar tu identidad –tanto dentro como fuera de esa relación–. Y como ejercicio, también sirve repasar tu historial de relaciones hasta el momento, para ver con qué tipo de vínculos te sentís más alineada y cuáles otros ya no tienen que ver con vos.
Salí de tu zona de confort: Volvemos al tema de la fiaca; claro que entre quedarte en tu casa con un pote de helado viendo un maratón de House of Cards y el plan "salir de gira" con tus amigas solteras –¡que, por otro lado, ya no son tantas!–, probablemente elijas lo primero; a veces hay que obligarse a exponerse y a demostrar cierto interés en aumentar los círculos sociales, pero eso no implica –obviamente– ir a "bailar", sino estar vos más accesible, ya sea en la puerta del cole de tu sobri o en el nuevo taller que arrancás.
Habitá tu cuerpo y enamorate de vos: la atracción que los demás sientan por vos es directamente proporcional a cómo te habites y te quieras. Eso va a generar que el otro quiera sumarse a TU fiesta, que ya es entretenida sin él. Así, nadie vendrá a "llenar" un vacío, porque eso conlleva una responsabilidad demasiado grande, sino a potenciar lo que ya existe. La regla "desde adentro hacia afuera", por lo general, no falla, y para que sea con los demás, primero tiene que ser con vos.
a Guardar la check-list

Créditos: Ilustración Maite Ortiz
Las mujeres muchas veces salimos a buscar pareja con la vara demasiado alta: que se quiera comprometer, que nos gusten las mismas cosas, que sea romántico, trabajador, sensible, gracioso, fiel, inteligente... ¡y que encima esté bueno! ¡Paráaaa! Ya estamos en una etapa de la vida en la que cada uno –y acá nosotras no estamos exentas– trae sus propias "mochilas" a cuestas. ¿Desde qué lugar le estamos exigiendo al otro que cumpla a rajatabla con una serie de requisitos? ¿Acaso nosotras somos perfectas? ¿Y cómo saldríamos paradas nosotras si nos hicieran esa misma check-list? Cuando juzgamos a alguien de antemano, nos estamos perdiendo de descubrirlo. Aun en estas épocas, enamorarse es posible. Solo requiere que nos miremos (a nosotras y al otro) con más conciencia. •
Experta consultada: Lic. Patricia Faur , psicóloga
¿Estás con ganas de cambiar el chip en tus relaciones? ¿Te sirvieron estos pensamientos? ¿Algún consejo de las que encontraron su pareja para las que todavía están en la búsqueda? Leé también: El sexo después de una separación y Me movieron el piso
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