Melodías beatles en Praga

El beatle John Lennon fue un ídolo en Checoslovaquia. Tras su trágica muerte, artistas del graffiti crearon en una pared de Praga un mural en su memoria, y los jóvenes admiradores checos del músico lo transformaron en símbolo con aquella frase que recorrió el mundo: Vosotros tenéis a Lenin, dejadnos a Lennon, y hasta hoy se reúnen allí periódicamente para expresarse con palabras, saludos y dibujos. La apoteosis es el 8 de diciembre, aniversario de la muerte de Lennon, donde cientos de admiradores se juntan para recordar y venerar a su ídolo con guitarras, velas, vino y trasnoche. Con ese antecedente, después de recorrer en todo sentido las múltiples bellezas de Praga, dejamos para el final la visita a la plaza del Gran Priorato para ver el mural. Y como casi todo en lo que se deposita exageradas expectativas, la realidad resultó distinta. En una tarde muy calurosa nos costó trabajo encontrar el lugar, y cuando llegamos, para desilusionarnos, del mural sólo se veían los ojos profundos de Lennon, ya que el resto estaba cubierto con inscripciones chabacanas en las que cada turista quiso inmortalizar su paso. Por supuesto no faltaron los eternos turistas nipones que fotografiaban incansables con sus cámaras. De allí volvimos al Sunflower, un simpático bed and breakfast donde estábamos alojados. Y empezó la cuenta regresiva de nuestra partida de Praga. Nuestro avión salía a las 7 de la mañana. A las 4.30 en punto apareció el taxi para ir al aeropuerto. Subimos, el vehículo comenzó su marcha, y de repente, el milagro: el taxi paró frente a un semáforo cerca del hermoso Puente de Carlos, sobre el Moldava, y vimos un paisaje de maravilla: la luna iluminando Praga, el sol que empezaba a nacer en el horizonte, y por la radio del taxi se oía la música tan conocida de Yesterday, con Lennon cantando. Alcancé a decirle al taxista Thank you! ¿Por qué?, me preguntó extrañado. Por la despedida a toda orquesta que nos brinda Praga. Exterior