No sabía si subir el escrito de hoy (que tenía preparado desde ayer temprano) o pedir un minuto de silencio por la tragedia del Sarmiento. Entré en un dilema ético.
Finalmente decidí que lo mejor sería callarme, escuchar y leer a otros, estar atenta, ayudar del modesto modo que pueda... y sobre todo, sobre todo: TOMAR CONSCIENCIA.
Tomar consciencia de lo valiosa que es para mí la vida humana y de lo importante que es saber CUIDARLA. Entre todos. Ejercer nuestra ciudadanía es asumirnos -también nosotros- responsables del modo en que viajamos, y exigirles a las autoridades del caso que cumplan satisfactoriamente con su trabajo.
Les dejo un abrazo sentido a todos los familiares y amigos de las víctimas. Y un ruego especial por todos aquellos que todavía están en una búsqueda desesperante.
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