Con el tiempo (y con la maternidad y con el matrimonio y con la vejez) me fui transformando en una mujer cada día más intolerante.
Trato, y no puedo vlover atrás. No puedo hacer que me importe lo que antes sí.
Pero lo grave no es que hayan dejado de importarme cosas, sino que no tolero que haya gente (gente, vamos, mujeres como yo, de mi edad) que aún se rija por valores y principios que hoy me parecen el monumento a la egolatría.
Con el tiempo (y al vejez, y los hijos y el marido) me fui dando cuenta de que los días están contados.
Esto es un cliché y todos los sabemos.
Pero somo pocos los que nos damos cuenta de lo que esto significa.
El mundo es dificil, la vida es un poco cruel y las cosas son complicadas por default.
Tiene sentido darle bola a los problemas cotidianos?
Digo, ocupar el poco tiempo que tenemos en ir TANTO al médico?
En hablar TANTO de nosotros mismos?
Con amigos, con psicólogos, con los padres, con los colegas.
"Tenemos que hablar"
No! no tenemos que hablar! Tenemos que hacer un montón de cosas.
"Me duele acá"
"Estoy angustiada"
"Me hice vegetariana"
No sé, me parece mal.
No puedo lidiar con gente cuyos problema, un lunes a las 20:30 sean que no saben qué ponerse para un cumple este sábado.
No puedo lidiar con que esperen de mí, que yo atienda ese llamado y me siente a hablar.
No puedo
No tengo tiempo
Y No pretendo que la gente respete mi tiempo
Pretendo que me dejen que yo lo haga.
(uf, parece que hoy me desperté llena de filosofía de saldo)
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